Algunas Reflexiones sobre el 1vs2 y la percepción en el juego ofensivo. Fernando Capurro

Introducción.
Esta es mi primera experiencia escrita y está dirigida a todos aquellos colegas del balonmano que día a día, desde su lugar de trabajo, intentan hacer un deporte mejor.
Este trabajo, con aportes directos de amigos del balonmano como Manolo Laguna y otros, de manera indirecta a través de muchas charlas compartidas,
Para un defensor estar en un momento del juego en la que enfrenta dos atacantes es una situación de clara desventaja, en este caso la capacidad de adaptación puede llevarlo a resolver el problema sin que suponga, anticipadamente, un éxito para los atacantes en determinadas ocasiones.
En los entrenamientos si ni siquiera planteamos las “situaciones 1×2” como un elemento a identificar y superar dentro de la actividad defensiva, es muy difícil que los jugadores lleguen a conseguir sistemáticamente unos perfiles de eficacia buenos o ni siquiera aceptables en situaciones reales de competición.

Conceptos base
Partiendo de la premisa fundamental de estar siempre trabajando con la intensidad física adecuada; debemos tener en cuenta que existen conceptos base que el jugador debe manejar para resolver, con el mayor éxito posible, la inferioridad numérica defensiva momentánea:
1 – la constante y permanente disuasión en la zona de influencia y posible recepción de los 2 jugadores atacantes, esto va a favorecer su intervención posterior y el equilibrio defensivo.
2 – la anticipación defensiva para intervenir rápidamente sobre el receptor del balón y obligarlo a resolver en menor tiempo y con mayor posibilidad de error. En este punto cabe destacar que la mayoría de los errores que se cometen provienen de la duda que se genera a partir de la elección, del defensor, entre atacar al receptor de primera línea o quedarse en 6 mts con el atacante de segunda línea. Lo que usualmente ocurre, es que al dudar, encuentran dos defensores con el atacante de 6 mts y el jugador de primera línea lanza aprovechando la amplia profundidad ofrecida para su penetración.
3 – El buen manejo del contrabloqueo tomando decisiones, tanto, de cambio de oponente como la de contacto con el poseedor del balón saliendo del bloqueo hacia delante en el caso de los bloqueos laterales.
4 – Otra situación a tener en cuenta es lo que llamamos la flotación o sea “flotar “en una posición de espacio intermedia; de no definirse hasta último momento salvo en situaciones de necesidad extrema, con respecto a cual será el atacante que se va a tomar.
Debemos dar por descontado que para manejar bien el 1 vs. 2 el jugador debe contar con una buena calidad técnica defensiva que se adquiere en su etapa formativa.

Calidad perceptiva.
Dentro de lo que respecta a la percepción en defensa, para poder desarrollar la situación táctica 1 Vs. 2 tendremos como regla fundamental que el defensor debe tener dentro de su campo visual, en todo momento y al mismo tiempo; el balón y su oponente directo para de esa manera lograr buena basculacion, anticipación y ayuda. Tal como se puede deducir de lo dicho, todas las acciones defensivas grupales se encadenan a partir de cada buena acción individual producto de la percepción defensiva y de su propia capacidad. De todas formas, la lectura anticipada de los movimientos ofensivos, producida a través de la percepción, es la mejor manera de responder adecuadamente en las acciones de 1 Vs. 2. Como forma de mejorar la percepción defensiva el campo visual útil, el jugador debe mantener siempre la orientación correcta en dirección a la bisectriz del ángulo que forman las líneas que le unen con su oponente y el balón (ver gráfico).

El trabajo específico.
Todos los defensores deben ser suficientemente buenos en esta faceta, pero dentro de los puestos específicos defensivos hay unos que inexcusablemente tienen que ser especialistas en defender 1×2: los exteriores.
Todas las ventajas logradas por el ataque pueden amortizarse con sucesivas ayudas de otros defensores… hasta que se llega al puesto donde ya no hay más gente para ayudar: los “últimos” defensores. Si aquí contamos con especialistas es muy probable que amorticemos los perjuicios y los muchos errores, si por el contrario en el exterior está un jugador con poca competencia individual que no sea capaz de controlar estas circunstancias, los errores se transformarán en goles fácilmente. Tengamos también en cuenta que no es lo mismo una situación defensiva 1Vs 2 que aparece de forma imprevista que las situaciones 1Vs 2 generadas ó asumidas de forma previa y consciente por los defensores.
Cuando por medio de una finta o un desmarque un defensor es superado, cualquier compañero de este puede encontrarse ante la necesidad de defender 1Vs 2, pero esta circunstancia no estaba prevista de antemano, por lo que, además del déficit defensivo, el jugador que ayuda debe enfrentarse a la relativa sorpresa y adaptarse para resolver una situación para la que no se había preparado previamente. A estas las llamaremos “Imprevista”
Cuando los defensores basculan hacia la zona del balón para tratar de tener superioridad numérica en esa zona, el último defensor (o los
últimos) de la zona contraria ya tienen asumido y planificado que quedan en inferioridad y pueden actuar según una estrategia prevista. También sucede lo mismo cuando se está en inferioridad numérica por alguna sanción disciplinaria. Esta es una situación “prevista”
Para la resolución de las situaciones imprevistas me atrevo a plantear una serie de “consejos” para gestionar estas situaciones, sacados de lo observado a jugadores de buen nivel:

“Estar muy activo”.
Estar 1×2 es una situación límite y más exigente de lo normal, es preciso “revolucionarse”, no dejar pensar a los rivales

“Evitar en lo posible ser fijado manteniendo la capacidad de actuación sobre los dos atacantes”
Tal vez en este aspecto es donde más se ha avanzado, hemos pasado de jugadores que se “autofijaban” a jugadores “difíciles de fijar”

En una situación 1×2 el defensor debe mantener la indefinición todo el tiempo que sea posible, decantarse por uno o por otro de forma clara es dejar un camino abierto que, con seguridad, aprovecharán los atacantes.
Amenazar, simular, no dejar un panorama nítido, provocar dudas, pero no definirse hasta que no queda otro remedio… o se tienen todas las ventajas
No solo debe actuarse sobre los dos jugadores sino también sobre el balón. Se debe sacar el mayor rédito a todas las pausas o distracciones de los atacantes con acciones defensivas que interrumpan el juego de ataque o lo dificulten al máximo. Las faltas que “paran el balón”- faltas que impiden seguir jugando – si no suponen sanción disciplinaria, favorecen a la defensa.
Por eso cuando se perciben posibilidades de éxito, en lugar de plantear situaciones de amenazas e indefinición, se pueden intentar acciones anticipativas y muy agresivas sobre el jugador con balón para “provocar la falta y no dejar pensar” “Si consiguen lanzar intentar que lo hagan en las peores condiciones posibles” El fracaso no es que lancen, el fracaso es que consigan gol. (Disminuir el ángulo de tiro, obligar a saltar en dirección desfavorable, impedir la correcta orientación, etc.)
Para los casos de las situaciones previstas siguen vigentes los conceptos que daba en el apartado anterior, pero además hay dos características a tener en cuenta. Los dos atacantes a defender, si están en zona eficaz, no tienen el balón (el hecho de ser una situación asumida intencionalmente por los defensores excluye la posibilidad de que el balón esté allí: nadie acepta esta desventaja de forma voluntaria)
Esto implica que el defensor debe “flotar” en un lugar que le permita intervenir hacia cualquiera de los dos atacantes sobre los que asume responsabilidad y que utilice la disuasión sobre los posibles pases para conseguir que el balón no llegue a ninguno de los dos, al menos de forma rápida (para dar tiempo al resto de defensores a equilibrar ) y, si no se puede evitar que llegue un balón rápido, al menos conseguir que el atacante que lo reciba esté lo más alejado posible de la zona eficaz.
El amenazar pero no comprometerse, la disuasión sobre la circulación de balón, la utilización adecuada de “faltas tácticas”, en definitiva, la creación de incertidumbre, hace que la ventaja numérica esté cada vez más lejos de ser sinónimo de gol. (1)

Las situaciones 1 Vs. 2 en los sistemas defensivos.
Por lo general estas situaciones se dan, en mayor duración, en las defensas en inferioridad numérica (5- 0, 4-1) ya que la exclusión de un jugador obliga a encontrarse en forma permanente en dicha situación. En estos casos, producto del juego ofensivo y de la condición de la defensa, puede encontrarse el 1 Vs. 2 en el sector donde se encuentra el balón; situación que se debe evitar para que el 1 vs. 2 se dé en las zonas donde no esta el balón y así evitar situaciones de gol rápidas recordando siempre que las defensas en dicha condición deben evitar pasar por esa situación el mayor tiempo posible.
Asimismo, en defensas en igualdad numérica, vamos a encontrar el 1 vs. 2 en forma dinámica y constante: si el sistema defensivo opta por ejercer presión con doble marca sobre el poseedor del balón (situación “prevista”) es una forma de “invitar” al pase rápido a la zona de desigualdad numérica y así tener mas posibilidad de interceptar el balón ya que al presionar hay mayor posibilidad de error.
Si algún sistema de dos o tres líneas (3-2-1, 3-3, 5-1) no modifica su estructura a pesar de una transformación ofensiva por desdoblamiento o circulación a doble pivote.
Para ser un buen defensor no solamente debe reaccionar ante situaciones que impliquen a su oponente directo o en ayudas de su colindante cuando este es superado sino también, leer donde se ha producido el desequilibrio defensivo y ubicarse velozmente en 1 Vs. 2 para evitar que el ataque consiga una situación de gol rápida.

El 1 vs. 2 en el repliegue defensivo.
Esta es una fase del juego donde las situaciones numéricas defensivas dinámicas se dan en gran cantidad y a mayor velocidad.
Es muy común ver, en primera oleada del contraataque, dos jugadores atacantes pasando el balón para avanzar en el terreno y procurar posiciones favorables de lanzamiento y un defensor tratando de impedirlo. Como dije anteriormente se debe intentar impedir el lanzamiento o que el mismo sea realizado sobre presión, con poco ángulo, de posición difícil, etc….mas es fundamental no ser fijado, para esto es necesario disuadir permanentemente cualquier acción, de cometer faltas leves aprovechando cualquier situación de error que los atacantes brinden.
Es muy claro que la acción que se ejecute debe ser rápida y decidida ya que el tiempo que se tiene, en estas situaciones, es muy poco. Asimismo si no se puede impedir el lanzamiento, debemos hacer que este sea ejecutado por el jugador con menos ángulo y en la situación y posición mas incomoda posible. Cuando no se obtiene una buena posibilidad de finalización en primera oleada y comienza a producirse la segunda y/o tercera oleada del contraataque, los espacios y la velocidad de traslado de balón se reducen y se acrecientan las posibilidades de intervención de 1 vs. 2.

Aquí sumamos algunos ejercicios para el trabajo de 1 vs. 2:

Bibliografía.
Laguna, Manuel. (2005). “Una opinión sobre la evolución de las defensas”. Cuadernos técnicos No 35,
Área de balonmano, Revista AEBM.

Agradecimientos.
Al finalizar este artículo de varios años de trabajo, un poco por falta de tiempo físico y otro por haraganería, no puedo menos que nombrar y agradecer a aquellos a los que de una u otra manera colaboraron en esto:
A Claudia, Alan y Kevin por existir conmigo y aguantar esta pasión.
A Manolo (ni falta hace el apellido) colega apasionado y AMIGO de tantas guitarreadas y asados con amigos que dedicó; quizás sin saberlo; su tiempo invalorable a instruirme en esto, aportar conceptos a este trabajo y enseñarme el valor de compartir estas cosas.
A Martín, Marcelo, Héctor, Toni, Jorge, El Nono (perdón escribano) y Pablito por criticar, corregir y opinar con profesionalidad y objetividad; y así confirmarme su amistad.
A César Argiles y Pablo Greco por poner su innegable conocimiento y capacidad al servicio de la corrección de este artículo.
A todos los jugadores que durante los últimos 25 años me ayudaron a crecer como entrenador y probar que lo que está aquí escrito es aplicable para mejorar.

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