Entrenamiento Táctico del Porter@ de Balonmano la Iniciación. Pedro García Ramirez
Una Propuesta de trabajo
PEDRO GARCÍA RAMÍREZ
ENTRENADOR EQUIPO ASOBAL MASCULINO Y RESPONSABLE DE LA ESCUELA DE PORTER@S DEL BALONMANO GRANOLLERS.
PROFESOR DEL CURSO NACIONAL DE LA RFEBM
INTRODUCCIÓN
Siempre se ha dicho que la etapa de máximo rendimiento del portero de balonmano comienza a partir de los 27-28 años.
Esta afirmación NO se debe a que en esta edad la forma física del porter@ alcance su nivel óptimo, o que su técnica sea perfecta, o que su personalidad esté plenamente madurada, sino que se debe principalmente a su EXPERIENCIA.
¿Qué es la experiencia para un porter@?
Es el “archivo” de su memoria motriz y en el cual están clasificadas un gran número de respuestas eficaces ante situaciones que se han ido repitiendo en los entrenamientos y en la competición hasta dejar huellas significativas en su memoria. Cuanto más lleno esté su “archivo” más preparado estará para dar respuestas y afrontar de forma exitosa su principal cometido: PARAR .
La presente propuesta pretende desarrollar una idea sencilla, que ayude a nuestros porter@s desde la categoría infantil hasta llegar a sénior, a mejorar un aspecto totalmente olvidado de la preparación específica del portero de balonmano: el entrenamiento táctico.
Muchos autores en sus estudios sobre el entrenamiento específico del porter@, resaltan la importancia de la preparación física, de la técnica, del factor psicológico, etc. Pocos resaltan la importancia del trabajo específico de táctica individual del porter@.
La mayoría de los entrenadores piensa que este aspecto ya se trabaja en el entrenamiento colectivo y en parte así ocurre ya que en los entrenamientos se dan todas o la mayoría de las situaciones que el porter@ se va a encontrar en la competición.
El problema radica en que estas situaciones le son presentadas de forma totalmente global con lo cual éste tiene una gran dificultad en asimilar todos los estímulos recibidos y crear una serie de patrones motrices eficaces de forma consciente (única forma de mejorar tácticamente), que le permitan ir almacenando en su memoria respuestas correctas ante situaciones similares a las del entrenamiento y que se van a dar también en la competición.
También ocurre muchas veces que cuando trabajamos de forma específica con nuestros porter@s, sobre todo ante lanzamientos, éstos no se ajustan a situaciones reales de juego y por tanto su transferencia con la competición es, en muchas ocasiones, nula (lanzamientos con dos balones a la vez, colocar dos porter@s en portería, lanzar pelotas con raquetas de tenis, etc.).
Yo propongo realizar este tipo de trabajo de forma secuenciada y respetando al máximo las situaciones reales que se producen en la competición, basando el trabajo táctico del porter@ en la percepción visual (selección y codificación) de los estímulos que emiten los jugadores contrarios, principalmente en las acciones de lanzamiento y que son la base principal para construir un buen porter@.
En definitiva, el objetivo de nuestra propuesta es ENSEÑAR A PARARde forma inteligente.
CARACTERÍSTICAS DEL PUESTO ESPECÍFICO
Sin duda alguna, el porter@ es el puesto más específico del equipo de balonmano. Sus diferencias con el resto de los jugadores son evidentes y notables y por tanto su entrenamiento debe diferenciarse del resto del equipo en todos los aspectos: físico, técnico, táctico, etc.
Desde el punto de vista de táctica individual, la principal característica y diferencia del portero con el resto del equipo, a parte de su situación en el campo, es su función.
¿Cómo interviene el portero en el juego?
Para responder a esta pregunta diferenciamos entre las funciones defensivas y las ofensivas.
1. FUNCIONES DEFENSIVAS
1.1 Disuasión/Interceptación del contraataque directo del equipo contrario.
1.2 Intervenciones ante lanzamientos a portería.
1.2.1 En situaciones de 1X1 (lanzamientos sin oposición).
1.2.2 En colaboración con la defensa (principalmente ante lanzamientos de la primera línea)
2. FUNCIONES OFENSIVAS
2.1 Iniciador del contraataque (directo o apoyado).
2.2 Pase de contragol.
Evidentemente las intervenciones ante lanzamientos es la principal función para trabajar en los entrenamientos específicos, pero no podemos olvidar el resto. Si queremos que nuestros porter@s estén preparados para actuar eficazmente en cada fase del juego, todos estos aspectos deben trabajarse de forma correcta en el entrenamiento.
MEJORA DE LA CAPACIDAD PERCEPTIVA
La mejora de la capacidad perceptiva debe ser un componente integrado en el entrenamiento específico del porter@. Para ello tendremos en cuenta unos matices importantes:
1. Como la gran mayoría de estímulos que recibe el porter@ son estímulos visuales, las tareas deben desencadenarse a través de estos estímulos y combinarlas con el entrenamiento para la toma de decisiones.
2. El entrenamiento de las capacidades perceptivas debe realizarse en situaciones lo más reales posibles.
3. La adquisición de estrategias perceptivas debe producirse en condiciones favorables, empezando con situaciones donde los estímulos se presentan de forma intensa y duradera para ir reduciendo progresivamente estos parámetros.
4. No podemos exigir a nuestros porter@s eficacia táctica sin dotarlos previamente de las capacidades técnicas y condicionales necesarias para dar respuesta a cada situación.
5. Antes de llevar a cabo el entrenamiento para la mejora de la capacidad perceptiva, tenemos que conseguir de nuestros porter@s un alto grado de motivación, voluntad y concentración.
Todos los estímulos con los que trabajamos deben ser presentados de forma clara (que el porter@ sepa dónde y que información debe buscar) y repetirse con mucha frecuencia en el entrenamiento. Recordemos que toda percepción significativa deja huellas en la memoria.
¿Sobre que estímulos debemos trabajar?
Cuando entrenamos las funciones ofensivas del porter@, principalmente la de iniciador del contraataque, los estímulos sobre los que trabajaremos son semejantes a los utilizados con los jugadores de campo: velocidad y trayectoria del receptor, posibles defensores, observación del portero contrario, necesidad de apoyar el primer pase, etc.
Cuando entrenamos las funciones defensivas, principalmente las intervenciones ante lanzamientos, debemos tener en cuenta un aspecto importantísimo y frecuentemente olvidado: la fase de PRE-PARADA, compuesta por los desplazamientos y la posición base.
En esta fase, los estímulos con los que trabajaremos serán principalmente la situación del lanzador, su trayectoria y su lateralidad. Nunca será igual la posición base ante un lanzamiento de 6 metros desde la zona central que desde los extremos, de la misma forma que nunca serán iguales los desplazamientos previos ante un lanzamiento en contraataque que desde la zona del extremo con una trayectoria cerrada.
En la fase de PARADA, los estímulos más significativos, además de los anteriores, son los impulsos del lanzador y el armado de su brazo ejecutor.
Es aquí donde nos encontramos con la máxima dificultad en el entrenamiento de la capacidad perceptiva ya que el abanico de posibilidades es muy amplio (lanzamientos en suspensión, en caída, rectificados, vaselinas, de habilidad, en apoyo, ángulos altos, ángulos bajos, etc.).
Nuestro trabajo consistirá en separar las distintas situaciones y secuenciarlas según su complejidad para facilitar respuestas eficaces a cada una de ellas.
Cada actuación en portería debe tener una base táctica adecuada a la edad y experiencia de nuestros porter@s. Se necesita una progresión en la dificultad de los estímulos para asegurarnos su asimilación.
Recordad que en formación tenemos como mínimo 6 años de trabajo para conseguirlo.
TOMA DE DECISIONES
Si cuando trabajamos los contenidos de táctica individual con los jugadores de campo lo hacemos de forma progresiva y en algunos casos de forma analítica para asegurar el aprendizaje; también es lógico establecer una progresión y secuenciación en el trabajo con los porter@s de forma que el aprendizaje sea significativo y continuo, intentando no dejar lagunas o “vicios” que posteriormente serán más difíciles de reeducar.
Por ello es importante empezar nuestro trabajo en edades tempranas (12-13 años), ideales para iniciar la especialización de nuestros jugadores en los puestos específicos mas adecuados a sus características e intereses.
La base de mi propuesta como trabajo táctico en portería es simplificar las situaciones problema y reducir la toma de decisiones del porter@ a DOS, principalmente ante las intervenciones sobre lanzamientos.
Es muy importante incluir siempre la fase de pre-parada (posición base y desplazamientos previos) ya que estas situaciones nos acercaran al máximo a la situación real de la competición.
Por todo lo comentado anteriormente ES IMPRESCINDIBLE TRABAJAR CON TODO EL EQUIPO para que los estímulos que reciban nuestros porter@s sean lo más reales posible. ¡No podemos entrenar la táctica individual del porter@ si no disponemos de lanzadores!.
Construiremos los ejercicios de modo que los jugadores den suficientes estímulos al porter@ para que la incertidumbre que éste tiene ante el lanzador se vaya reduciendo hasta tener que elegir únicamente entre dos posibles respuestas e intentar dar la correcta con la ayuda de toda la información procesada.
Por ejemplo, si lanzamos desde el extremo, daremos la consigna a los lanzadores para que solo puedan realizar dos tipos de lanzamiento: con armado clásico deben localizar el balón al ángulo largo arriba y con armado rectificado solo podrán localizar el balón al ángulo corto abajo. De esta manera nuestros porter@s podrán decidir su respuesta en función del estímulo que reciban antes de que el balón abandone la mano del lanzador. Hay que intentar buscar siempre estímulos fáciles de identificar (siempre deben ser zonas opuestas) para mejorar la capacidad de reacción electiva.
Si solo trabajamos sobre una decisión, estaríamos entrenando la velocidad de reacción simple con lo cual solo podríamos mejorar técnicamente y no tácticamente.
Si, por el contrario, ampliamos la toma de decisiones a más de dos (sin tener en cuenta una progresión adecuada), prácticamente estaremos entrenando en las mismas condiciones que la competición y aunque sí existe entrenamiento táctico, éste es mucho más difícil de asimilar.
El portero cuando actúa en portería no sabe desde que zona del ataque se producirá el lanzamiento y por tanto su misión es realizar un seguimiento del balón hasta que se desencadene la acción del lanzamiento.
Por tanto, es un error trabajar series de lanzamientos donde la posición de partida del porter@ sea estática y sin variaciones de situación entre cada lanzamiento.
Otro ejemplo que podemos mejorar en nuestros entrenamientos es dejar de trabajar el saque de contraataque en series donde el porter@ recibe el balón cómodamente situado en el centro del área de portería ya que en una situación real de competición el porter@ debe realizar unos desplazamientos previos a la situación descrita (buscar el balón detrás de la portería, reequilibrarse después de una parada en suelo, etc.).