La Confederación Argentina de Handball es la federación nacional en actividad más antigua del mundo y, como tal, la primera en convertirse en centenaria. Esto resulta, de algún modo, sorprendente si se considera que el balonmano tiene sus raíces históricas y tradiciones en Europa y que es allí donde se ha desarrollado muy por encima de lo que lo ha hecho en el resto del mundo.
En el Viejo Continente el handball aparece a fines del siglo XIX en los países nórdicos y centrales. Sus reglamentaciones se unifican en base a las del handball alemán en 1920, simultáneamente en las variantes para 11 y 7 jugadores. Por entonces la especialidad era conducida institucionalmente por las federaciones nacionales de atletismo o de gimnasia¸ según el país, porque en un principio el balonmano era tomado como actividad complementaria para los atletas de esos deportes. Es por ello que las federaciones específicas surgen “tardíamente”.
La independización llega, gradualmente, hacia la década de los años treinta, con algunos “adelantados” como es el caso de la Federación Austríaca que se funda en 1925, cuatro años después de que viera la luz la Federación Argentina de Balón…
Contemporáneamente pero de manera totalmente ajena a lo que pasaba en Europa, en el Río de la Plata se jugaba Balón, un deporte creado en 1918 por el profesor uruguayo Antonio Valeta que, en 2013, ha sido aceptado por IHF como uno de los predecesores del balonmano moderno, a la par de otros juegos de origen europeo que, tradicionalmente, eran considerados como tales de modo exclusivo.
En este contexto Argentina constituye un caso institucional muy particular. En efecto, nuestra entidad nacional fue fundada el 15 de octubre de 1921 como FEDERACIÓN ARGENTINA DE BALÓN para coordinar la actividad de los equipos que, en Buenos Aires, jugaban el deporte de Valeta.
Pero a pesar de su éxito inicial, la práctica del Balón languidece en ambas orillas hacia fines de la década de los años treinta. La Federación Uruguaya desaparece, mientras que algunos cambios sucesivos del reglamento del juego oriental fueron acentuando las similitudes con el deporte teutón.
En 1937 la FAB resuelve adoptar definitivamente las reglas del Handball de campo alemán con las que se había jugado el torneo olímpico de Berlín en 1936 y pasa a denominarse FEDERACIÓN ARGENTINA DE HANDBALL. Esto permite incorporar a los clubes de la colectividad germana y revitalizar una práctica deportiva que había quedado reducida a menos de media docena de clubes.
La especialidad de siete jugadores comenzó a disputarse a mediados de los cincuenta, mientras que la de campo desaparecería una década más tarde. A partir de 1970 se registra la afiliación de las primeras entidades provinciales que coexisten con los clubes históricos durante un tiempo hasta que, en 1974, se decide el cese de las afiliaciones directas de éstos últimos.
Finalmente en 1986 se concreta una adecuación de la figura jurídica de la entidad, que adopta su denominación actual como CONFEDERACIÓN ARGENTINA DE HANDBALL sin que se registrara interrupción alguna en la gestión.
Entonces , si bien la entidad ha cambiado su denominación en dos oportunidades y si bien en su momento modificó la calidad jurídica de las instituciones que aceptaría como afiliadas, siempre ha mantenido una continuidad institucional que permite afirmar que se trata de una misma organización que ha ido operando los diversos cambios que le requiriera cada situación histórica .
Es importante recordar algunos detalles que prueban lo expuesto, a saber:
- Son los propios integrantes de la FAB los que, reunidos en Asamblea soberana, expresan su decisión en el sentido de cambiar reglamentos y denominaciones pero manteniendo estructuras anteriores.
- Se mantiene la afiliación precedente. Es decir que sin mediar trámite alguno los clubes afiliados a FAB, quedan automáticamente afiliados a la FAH.
- Se mantiene la sede de la institución en el mismo local.
- Se continúan regularmente los respectivos libros de actas y contables.
- No se interrumpe el ejercicio contable correspondiente.
- Se mantiene en vigencia la autoridad del Consejo Directivo y no varía su constitución.
- Se otorga la posesión definitiva del trofeo Confederación Argentina de Deportes al C.A. River Plate. La misma estaba reserva- da a quien lo obtuviese por tercera vez consecutiva y River se lo adjudica como campeón de Balón de 1934 y 35 y de handball en 1938 (en 1936 y 1937 no hubo torneos). Con lo que queda totalmente probada la continuidad.
Esta argumentación fue aceptada por IHF y se ve reflejada en su historia oficial publicada en el libro “Handball. Fascinación por miles de años”. Editado en 2013 por la propia Federación Internacional y preparado por un equipo de especialistas encabezado por los señores Raymond Hahn, Rudi Glock y Frank Birkefeld.
Todo esto puede configurar, para muchos, un mero asunto formal, de características protocolares. De hecho constituye una mención honorífica que seguramente no servirá para ganar partidos o para obtener medallas. A nuestro entender, se trata de un acto de estricta justicia para quienes nos precedieron en el esfuerzo por llevar adelante esta disciplina y una forma de construcción de identidad y pertenencia.
Desde ese punto de vista resulta un verdadero y genuino motivo de orgullo que la CAH, cumpliendo sus primeros cien años de existencia, sea la entidad decana del handball mundial.
Anexo 1: Fechas de fundación de distintas federaciones del resto del mundo
Anexo 2: Versiones históricas de los escudos de la CAH a lo largo de sus 100 años
JUAN CARLOS RENNIS
HISTORIA Y ESTADÍSTICA-CAH