A 25 años del histórico bronce en los Juegos Panamericanos 1995

Un cuarto de siglo pasó desde la primera vez que Argentina se subió a un podio continental, nada menos que en uno de los torneos más importantes organizados en nuestro país.

Si bien los XXII Juegos Panamericanos tuvieron como sede la ciudad de Mar del Plata, hubo varias subsedes con las competencias de varios deportes. Una de ellas fue el handball.

El Estadio -hasta agosto de ese año aún no- Mundialista de Villa Ballester albergaría los partidos de nuestro deporte en el torneo internacional y sería un hecho histórico. Antes de jugar un Juego Olímpico (Argentina irá por su tercero en varones en Tokio y ya jugó uno en mujeres en Río 2016), el handball argentino soñaba con clasificar a uno. Y mucho tiempo antes, se soñaba con lograr una medalla en unos Juegos Panamericanos.

Hasta 1987, las clasificaciones olímpicas se dirimían en Eliminatorias Americanas (así fue para Munich 1972 y Montreal 1976) o en Torneos Panamericanos (como ocurrió para Moscú 1980 y Los Angeles 1984). Con la inclusión del handball en los Juegos Panamericanos, ese torneo sería el que daría plaza a los Juegos Olímpicos.

En Indianápolis 1987, Argentina acumularía solo derrotas ante Cuba, Estados Unidos, Canadá y Brasil, terminando en la quinta y última colocación. Algo parecido sucedería en La Habana 1991, donde nuestra Selección perdió con Estados Unidos, Cuba y Brasil, pero pudo ganarle a Canadá.

Cuatro años después, Argentina recibía los Juegos Panamericanos por segunda vez en la historia luego de Buenos Aires 1951. El equipo nacional llegaba como cuarto del continente en el Panamericano de Santa María 1994, donde quedó a un paso de meterse en su primer Mundial, cayendo por dos goles ante Estados Unidos.

También, el plantel conducido por Enrique Menéndez había realizado una gira un mes antes por España, en la que se midió con ocho equipos de la liga local. Ballester los esperaba con lleno total en cada jornada, al punto tal que -según reza el libro ‘De Mano En Mano’ escrito por Juan Carlos Rennis- «obligó a cerrar los portones de acceso del Estadio de José León Suárez».

El debut de Argentina mostró uno de los mejores rendimientos ante la potencia de aquéllos tiempos, Cuba. Fue triunfo de los caribeños apenas por dos goles. Luego llegó el clásico con Brasil y otra vez fue derrota ajustada por un par de tantos. El equipo nacional se recuperaría ante Paraguay, le ganaría a Puerto Rico y vencería a Estados Unidos para ya asegurarse su mejor posición histórica en este certamen.

El sábado 25 de marzo volvió a mostrar a Villa Ballester repleto. La medalla de bronce estaba en juego y Argentina jugaría por ella por primera vez. Del otro lado, otra vez Estados Unidos. La victoria argentina fue inapelable, con un tablero final de 22-13 que le dio el triunfo a los nuestros y su primera presea en unos Juegos Panamericanos. Se había hecho historia.

Hoy, 25 años después, recordamos esa historia y a quienes fueron parte fundamental de tamaño logro: Roberto Morlacco, Claudio Strafe, Andrés Kogovsek, Juan Martín Rinaldi, Pablo Sznitowski, Marcelo Taverna, Jaime Perczyk, Gabriel Canzoniero, Walter Arzola, Martín Visovich, Pablo González, Daniel Salazar, Marcelo Schmit, Sebastián Miri, Gustavo Fernández, Leandro Sebele. DT: Enrique Menéndez, Asistentes: Roberto Casuso y Jorge Meccia, Jefe de Equipo: Juan Strafe.

Pablo Monti

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