María Inés Paolantoni y Mariana García hicieron historia en Tokio 2020

Las argentinas se convirtieron en la primera pareja femenina de América en dirigir unos Juegos Olímpicos. Es la tercer dupla de nuestro país que lo consigue tras las experiencias de Miguel Ángel Zaworotny y Eduardo Brosio en Seúl 1988 y de Carlos Marina y Darío Minore en Londres 2012.

Los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 no solo quedarán en el recuerdo de María Inés Paolantoni y Mariana García como un objetivo anhelado desde sus inicios en el arbitraje, sino que también quedará como un antecedente histórico en el handball nacional y americano que por primera vez tuvo representación femenina en el máximo evento deportivo. “Los días previos al debut fueron muy duros, por el jet lag y por la ansiedad del debut, pero cuando terminó el primer partido llegamos al vestuario nos abrazamos con Inés y nos largamos a llorar, fue muy emocionante, teníamos todas las sensaciones a flor de piel”, cuenta Mariana García que paso de vivir Rio 2016 como espectadora a ser actor principal en Tokio 2020.

”Todavía no caigo con lo que pasó, fue una experiencia inolvidable más allá del contexto de pandemia. Estar al lado de todas esas parejas que uno ve que arbitran la Champions, que los ves solo por la tele fue increíble. En cinco años pase de estar en Río 2016 pidiéndole a Thedy Adjemian (representante del arbitraje continental, otro de los argentinos que estuvo en Tokio) que me gestioné una foto con la pareja española (Raguy-Sabroso, considerada una de las mejores del mundo que en Tokio se despidieron del arbitraje) a compartir el mismo lugar con ellos. Fue una experiencia bárbara, la pasamos muy bien cuidándonos entre todos”.

En el Yoyogi National Stadium de Tokio la pareja nacional dirigió cuatro partidos, destacándose su debut en la victoria de Países Bajos ante Japón 32:21 -encuentro que significó la apertura del torneo femenino- y el último en donde Hungría derrotó por un tablero ajustado a Suecia 26:23. Además, pitaron los triunfos de Noruega ante Angola 30:21 y de Angola frente a Japón 28:25 y fueron reservas en el duelo de cuartos de final entre Noruega y Hungría y en la semifinal entre Noruega y Rusia.

García hace un balance: ”Las devoluciones fueron muy buenas, eso nos puso muy contentas porque pasamos de prácticamente no pitar nada debido a la poca actividad que hubo a nivel local a hacerlo en un Juego Olímpico. Y en ese contexto, nos vamos satisfechas con que los partidos hayan salido bien y que no hayamos tenido ningún problema»

«No aspirábamos a dirigir un cuartos o semifinales, éramos conscientes que era nuestro primer Juego Olímpico, queríamos vivir la experiencia y pitar bien, el objetivo estuvo más que cumplido. En la última devolución nos dijeron que estamos a un paso de todos, que están muy contentos con la participación en los Juegos y que habíamos tenido una buena actuación”, agregó Mariana que junto a María Inés ya recibieron la comunicación que estarán presentes en el próximo Mundial Adulto Femenino que se realizará a fin de año en España.

La historia de García-Paolantoni se remonta a 2015 cuando María Inés tuvo que barajar y dar de nuevo ante el retiro de su compañera anterior en el arbitraje María Florencia Zanikián, con quién en 2014 ya habían debutado como árbitros IHF. Un tiempo más tarde y tras varias pruebas de reemplazo, apareció en el radar Mariana García que también venía de vivir una situación parecida con el retiro de su histórica compañera Karina Pagani, con quién venía llevando un recorrido importante arbitrando a nivel sudamericano.

En 2018 debutaron a nivel internacional en los ODESUR de Cochabamba, luego llegó el clasificatorio al Mundial de Kumamoto, los Juegos Panamericanos de Lima 2019, Mundial Juvenil Masculino y el Mundial Adulto de Japón en donde confirmaron su gran chance de estar en Tokio 2020. Unos meses más tarde, la confirmación que vivirían el sueño de estar presentes en un Juego Olímpico.

”Es un sueño hecho realidad. Fueron años difíciles de mucho trabajo y muchos desafíos, pero intentamos mantener la motivación a tope a pesar de no tener competencia interna en el último año porque sabíamos que en marzo íbamos a tener el Preolímpico y debíamos estar por lo menos al mismo nivel que en el Mundial de Kumamoto”, comentaba María Inés en la previa al debut sobre la dificultad en la preparación.

La experiencia de Tokio 2020 también tuvo su cuota de sacrificio: “No pudimos salir ningún día, era una burbuja muy estricta, eso fue lo más duro de todo. Fueron tres semanas de encierro, saber que no podes salir a la calle a dar una vuelta y despejarte fue complicado, pero de todas formas eso tuvo su aspecto positivo porque al no tener casi otra cosa que pensar que handball el nivel de concentración que tuvimos fue altísimo”, recalcó García cerrando una experiencia que quedará en la historia del arbitraje argentino y americano.

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