A días de enfrentar a España en un amistoso en Madrid en el marco de la preparación para Tokio 2020 y un mes y medio después del Mundial de Egipto, el pivote Lucas Moscariello analiza lo que dejó la competencia, en la que Argentina brilló, consiguió vencer a una potencia como Croacia y alcanzó su mejor posición histórica —el 11° puesto— pero se despidió con un dejo de amargura tras haber quedado a un gol de acceder por primera vez a los cuartos de final.
Lucas Moscariello jugó en El Cairo su mejor Mundial y fue el segundo máximo anotador albiceleste: convirtió 21 tantos sobre 24 lanzamientos y se ubicó detrás de Federico Pizarro, que gritó 32 goles. Mosca fue el más efectivo del equipo (88%) y también el atleta de campo con más tiempo de juego: 4 horas y 13 minutos en seis partidos —superado únicamente por el arquero Leonel Maciel, con 4 horas y 19 minutos—. Moscariello se metió en el top 20 de los máximos artilleros históricos con la camiseta de la Selección masculina, al llegar a los 144 goles en 68 encuentros oficiales desde su debut en 2016. Su notable rendimiento en Egipto condensó la evolución que vive a nivel de clubes con el Liberbank Cuenca español y lo llevó a firmar, hace dos semanas, un contrato para jugar las próximas dos temporadas en el poderoso Montpellier francés, campeón de la Champions League 2017-18 y que tiene entre sus filas a Diego Simonet.
Con un poco de distancia, ¿cuál es el balance que hacés del Mundial 2021 a nivel grupal?
Fue un balance positivo a nivel grupal. Si no fue el mejor torneo, habrá sido uno de los mejores. Es verdad que fuimos de menos a más: nos costó al principio contra equipos como Congo o Bahrein en los que éramos favoritos. Sacando el partido de Dinamarca, en el que hicimos un buen primer tiempo, el equipo fue creciendo. Fuimos totalmente superiores ante Japón, lo mismo ante una potencia como Croacia. Es cierto que nos faltó el cierre contra Qatar; realmente si ves el partido completo fuimos superiores 40 o 45 minutos, pero les dimos vida y no supimos cerrarlo para meternos en cuartos de final.
Desde lo individual, los números reflejan que fue un gran torneo para vos. ¿Qué análisis hacés?
Creo que fue mi mejor torneo con la Selección. El hecho de estar en todos los torneos que hicimos con Manolo, de compartir con los mismos jugadores, eso te da un plus sobre todo en el sistema que el entrenador quiere que conozcas, que tengas automatizado. Eso hace que sepamos lo que va a hacer el compañero en ataque y en defensa y te ayuda muchísimo. Aparte, me vengo preparando desde hace mucho tiempo en lo físico, lo táctico y también en lo mental y ahora en ese aspecto estoy muy bien y es una de las cosas que más me ayudaron en este torneo.
¿Cuál creés que es la imagen que a los equipos más poderosos les queda de Argentina después de torneos como este?
Hace tiempo que venimos haciendo las cosas bien y luchando con equipos que tienen jugadores y sistemas de juego increíbles, equipos que están por ejemplo entre los 10 mejores del mundo. Hace rato que nos ganamos su respeto y hay que seguir haciéndolo, y lo pudimos demostrar en este Mundial. Los equipos europeos no entran a jugar contra Argentina relajados o sabiendo que van a ganar: saben que va a ser un partido duro. Estamos muy convencidos de todo lo que venimos haciendo y eso nos da mucha confianza. Estamos compitiendo en todos los partidos y esa es la clave de la mística de esta Selección.
¿Qué les deja la derrota por un gol ante Qatar que impidió el pase a cuartos?
Me cuesta ver el partido contra Qatar. Si lo volvés a ver te das cuenta de la superioridad que tuvimos y de cómo se estaban viniendo abajo pero por muchos errores que cometimos en la primera parte, les dimos vida. Dolió bastante ese final, pero es todo aprendizaje, todo experiencia para cada uno de los jugadores y el cuerpo técnico. Tenemos que aprender a estar más tranquilos en ciertos momentos y saber manejar los partidos cuando somos superiores en lugar de querer terminarlos antes de tiempo. Esto que pasó nos va a dejar una gran enseñanza y estoy seguro de que a futuro nos va a servir al 100%. Ojalá que en los Juegos Olímpicos nos toque un grupo accesible y en el que podamos demostrar que esto nos dejó una enseñanza.
A causa de un virus estomacal, algunos de ustedes vivieron una noche difícil antes del partido ante Qatar. ¿Cómo fue?
Fue bastante duro. Después del partido contra Croacia, a la noche, hubo varios de nosotros que nos empezamos a sentir un poco mal y el día antes del partido contra Qatar, cuando nos despertamos la pasamos mal. Ese día estuvimos seis jugadores prácticamente todo el día en la cama. Con vómitos, con diarrea, fue una locura haber estado así el día antes de un partido tan importante. Fue una locura cómo la pasamos. Yo tuve un pico de fiebre bastante alto y empecé a temblar. Con el doctor me metieron debajo de la ducha. Descartaba poder estar contra Qatar porque viendo cómo estaba era imposible pensar en estar al día siguiente dentro de la cancha. Esa noche hablaba con mi familia, con mis amigos, con mi novia y les decía que estaba muy mal anímicamente porque sentía que no iba a llegar. En definitiva, es algo para destacar sobre este grupo: con tantos jugadores en ese estado, haber podido jugar como fuera un partido que para nosotros era tan importante es fenomenal. No digo que influyó en el resultado porque, por cómo se dio el partido, parecía que a nadie le había pasado nada. Si el resultado se hubiese dado, habría sido espectacular y habría quedado la gran anécdota de cómo llegamos, pero bueno, lo importante es que pudimos estar todos mal o bien. No sabemos qué es lo que nos produjo esa situación, pero son cosas que hacen cada vez más fuerte al grupo.
¿Pensás que tiene algo que ver con el gen de Los Gladiadores?
Es parte del ADN argentino. También pasa en otros deportes. Por algo cada deporte se ganó su apodo: Los Pumas, Las Leonas, La Garra. Te vaya bien o te vaya mal, siempre el argentino destaca por su forma de dejarlo todo. Dentro del grupo, viendo o conociendo la historia de cada jugador y sabiendo lo que dejan o resignan por irse a jugar a Europa, me doy cuenta de que hay algo especial. Claramente este no es un deporte como el fútbol o como el básquet en donde se pagan cantidades increíbles de dinero. Cada uno de los que estuvieron en este largo proceso se merece el nombre de Gladiadores.
En tu posición, ¿cómo vivís el hecho de ocupar de a poco el lugar de un emblema como Gonzalo Carou y cuánto aprendés de él?
En los últimos años de carrera de Gonzalo, que hayamos aparecido Mou (Gastón Mouriño) y yo le da un cierto respiro a él porque antes quizás no lo tenía y tenía que jugar mucho. Eso influye en el rendimiento suyo y el del equipo, porque no tener descanso a tan alto nivel sería difícil. Desde que era chico que aprendo de él, mirando sus partidos o videos en donde él jugaba tanto en defensa como en ataque. Incorporé mucho tácticamente. En defensa, con él corrigiéndome y estando a mi lado, aprendí muchas cosas. Mismo en ataque, y no solo en mi beneficio sino tratando de bloquear a otros jugadores, para buscar espacios, para moverme y confundir a la defensa. La verdad que es hermoso compartir el grupo con él. No sólo como jugador sino como persona, para el equipo es imprescindible y ojalá que siga hasta donde pueda porque su ausencia se va a sentir cuando no esté.
¿Cómo ves el proceso de Manolo en la Selección?
Creo que hay un crecimiento que se fue dando desde antes de que llegara Manolo. Muchos de nosotros nos vinimos a jugar a Europa para poder seguir mejorando y que eso nos permitiera jugar en la Selección y, en consecuencia, influir positivamente en el nivel de la Selección. Manolo influyó mucho porque está en todos los detalles y en todos los entrenamientos te exige al 100%. En todos los entrenamientos te hace táctica individual, por ejemplo. A mí me dio y me da muchas herramientas para saber cómo atacar al rival, para entender para dónde va cada uno de los jugadores rivales. Son herramientas que te sirven muchísimo. Y a los más jóvenes les exige mucho más porque sabe que pueden mejorar y dar todavía más.
¿Cuán importante es la unión del grupo para conseguir los objetivos?
Todos nos sentimos muy bien y muy motivados cuando estamos en la Selección. Yo la paso muy bien, me siento como en mi casa, comparto muchas cosas. Eso hace que rindamos mucho más. Si ves a nivel individual a cada jugador y nos comparás con otras Selecciones, claramente no podemos llegar al que llegamos, pero estamos todos juntos, nos sentimos bien, queremos estar ahí y compartimos objetivos y es por eso que aparece una fuerza interior que nos da un plus para competir con los grandes equipos.
Ya están con la cabeza en los Juegos Olímpicos. ¿Hay una meta concreta?
El primer objetivo claro de los Juegos Olímpicos es aspirar a un diploma olímpico. Hay 12 equipos y todos van a ser difíciles, pero entrenando y dejando todo en estos seis meses lo podemos lograr. Después del partido contra Qatar, lo primero que se dijo en el vestuario fue: “Muchachos, nos quedan seis meses. Cada uno sabe lo que tiene que hacer. Pongámonos las pilas y lleguemos a Tokio al 100%”. Creo que todos sabemos que podemos hacer más cosas. Sería un lindo cierre de ciclo olímpico conseguir algo grande. Si se llega a cumplir, después veremos.