EMBAJADORES: Gonzalo Carou: «No juego para estirar récords, lo hago porque puedo y me gusta»

El pivot de 40 años fue homenajeado por la Asociación de Clubes Españoles de Balonmano por convertirse en el jugador extranjero con más partidos en Asobal.

A continuación la nota entera publicada en Diario Ole: https://www.ole.com.ar/poli/carou-argentino-record-espana-receta_0_v-Wgxeuk.html

Carou: el argentino récord en España y su receta

Por Sergio Stuart (@sergiostuart)

El capitán de Los Gladiadores es el extranjero con más partidos en la Liga Asobal. A Olé le contó la clave para estar vigente a los 40, hasta cuándo piensa seguir, qué hará después… y confiesa que quiso largar.

«El torero en rodeo ajeno” cae como fruta madura en el caso de Gonzalo Carou. Surgió del Colegio La Salle, jugó en River y a los 21 ya estaba en el Arrate español, para luego pasar al Ademar León con un paréntesis en la 2013/14 con el Istres francés. Hoy, a los 40, el argentino sigue acumulando elogios y rompiendo récords: es, con 434, el extranjero que más partidos suma en la Liga Asobal, cinco más que el exjugador sueco Tomas Svenson, logro que fue reconocido en una ceremonia ante 3.000 personas en el Palacio Municipal de León, con presencia de la familia del pivot, que habló con Olé. “Se les había traspapelado la información y se dieron cuenta en el partido 433. Esperaron al 434 porque era el televisado, de local con el Nava. Fue muy lindo, me sorprendió, me llenó de orgullo”.

-¿Sabías de la ceremonia?

-No. Mismo que haya venido el presidente de la Asobal, todo lo que movieron, hizo más grande la satisfacción.

-Sobre todo por un extranjero…

-Para mí es una locura pensar que reconozcan a un extranjero, aunque prácticamente soy local: llevo 11 años en el club.

-Y ganaron…

-Sí, cierra mucho mejor. Me pasó que, cuando me fui de León a Francia, el partido despedida lo perdimos con Valladolid. Ahora lo teníamos sentenciado pero se nos cerró el arco uy ganamos por uno (23-22). Lo hizo más lindo porque te queda otra cara y otro recuerdo.

-¿Y ahora? ¿A estirar el récord? El que te sigue es el montenegrino Alen Muratovic, pero de 40 años y 329 partidos…

-No. Voy a seguir jugando porque puedo y me gusta. Ojalá les cueste mucho alcanzarme. Pero, si me pasan, no tengo problema lo más lindo es que sea otro argentino el que me pase.

-¿Por qué seguís a los 40?

-Siempre me pasó de plantearme pequeños objetivos. Sí se me complicó la última renovación, en 2018, cuando tenía más ganas de dejar, pero estaban los Juegos Olímpicos a dos años, hice un cambio radical en la dieta y la preparación física para llegar de la mejor manera a los Panamericanos de Lima, y por suerte lo hice porque jugamos cinco partidos en seis días. Después, fueron las ganas: jugar es divertido. Quizá no tanto los viajes y entrenar, pero soy profesional de lo que hago y trato de hacerlo de la mejor manera.

-¿Qué tan clave fue la dieta?

-Cuando me fui a Francia bajé de peso, estaba en 106 kilos; ahora estoy en 93. Cuando volví a León pesaba 99. Y antes de la preparación para Lima me junté con un argentino que trabaja en León, Felipe Verde Tello, y me cambió la alimentación. Me dijo que tenía que exigirme más porque cada año que pasa se hace más complicado y hasta tenía pequeñas molestias. Era el momento de hacer un esfuerzo muy grande. Se nota más en defensa que en ataque, porque no es lo mismo tirarle a un defensor 106 kilos que 93, pero al menos puedo seguir aportando. Y me siento mucho mejor, lo veo y lo ven todos. Ahora me cuesta si tengo que jugar 45 minutos, cuando antes jugaba 60. Si tuviera esos 15 kilos de más tendría que jugar 10 minutos y me ahogaría. Es un cambio terrible.

-¿Hasta cuándo vas a jugar?

-Mientras se pueda aguantar. Tengo contrato hasta esta temporada y están los Juegos. Mi intención sería seguir, hay que ver qué dice el club.

-Hay que bancar el ritmo…

-Nosotros jugamos martes, domingo, miércoles, sábado… Meter dos días por semana, si tuviera otro físico, no podría. Es agotador jugar Liga y la Europa League del handball. Además, el León es grande en España, pero a nivel europeo, y más con la baja de presupuesto que hubo en la Liga, no. Cuesta mucho viajar, muchas veces salimos a las 2 de la mañana en bus para llegar a Madrid. Normalmente, cuando viajamos en avión, hacemos escala para que no sea tan caro. Obviamente, se hace más difícil y el equipo no es el mismo.

-En España van segundos al menos…

-Sí, pero cuando vine a León, el equipo le competía al Barcelona. Hoy se sabe que el Barcelona es el ganador, y la lucha es para ser segundo.

-¿Te acordás cuando te fuiste a España?

-Me fui el 13 de agosto del 2000, cumplí 21 el 15. Estaba contento por estar de golpe en España, que ni lo había soñado. Por otro, sentía tristeza de no estar con mi familia y mi pareja, que hoy es mi mujer, Coty.

-Hoy tenés un compañero argentino, Pedro Martínez, de 19 años…

-En la época que llegué yo era tocar el cielo con las manos. Los jugadores se iban, era a Brasil, Italia, pero nadie estaba en España. El Flaco Gull, quizá; otro más en la B. Yo llegué y, a los seis meses fue Canzoniero, que subió de categoría con el Alcobendas pero después se fue al Zaragoza. Al año siguiente, yo ya subí a la Asobal. En ese momento, un argentino en la Primera de España no habia. Después cayeron Crevatin, Civelli; el Arrate apostó mucho por los argentinos con Seba Simonet y Acetti en las Inferiores. Pero era muy raro, sobre todo por la información. Para conocer dónde estaba Éibar tuve que buscar una enciclopedia porque Internet no existía. Para comunicarme con mi familia tenía que ir a un cibercafé, y era complicadísimo.

-Y ya pasaron casi 20 años, diez mundiales… ¿Te tienta el Mundial 2021?

-No sé. Mi idea es ir a los Juegos, que posiblemente sea mi último torneo con la Selección. Al Mundial iría si el entrenador me pide que vaya, porque se juega cinco meses después de los Juegos, y no sería problema. Hay que ver qué pasa.

-¿Qué tanto influyen Los Gladiadores para que sigas jugando?

-Lo hace mucho más lindo y llevadero. Hubo años complicados, al Mundial 2011 casi no voy porque necesitaba parar. Me convenció un amigo, que me decía que nunca se puede renunciar a la Selección.

-El equipo crece día a día…

-De a poco los resultados se van dando, nos acercamos a los europeos. El Panamericano de Tecnópolis fue una locura de gente, lo mismo el Cuatro Naciones de San Juan, no lo había soñado nadie. Los títulos panamericanos de handball, los de los Juegos Panamericanos, estamos casi siempre en la cima del continente. En un momento parecía que no teníamos recambio y me pasó de estar en una mesa con jóvenes en San Juan. Ver que hay futuro da una satisfacción enorme.

-¿Qué legado quieren dejar?

-Siempre nos planteamos se una especie de Selección de básquet cuando estaban Campana y Milanesio para la Generación Dorada de Ginóbili. Ojalá dentro de cuatro años aparezca una Selección que nos deje a nosotros en un costado y que no tengan que recordar a los Gladiadores como que fueron mejores, sino precursores de la futura gran Selección.

El futuro de Carou

A los 40 años, con el retiro todavía no decidido, el pivot piensa en lo que hará después de dejar la actividad. Tiene claro que seguirá ligado al handball y en el rol de entrenador. Desde ahora, ya lo hace.

“El año pasado estaba dando una mano con los juveniles y ahora estoy de primer entrenador de los cadetes del Ademar para empezar a hacer unos pininos como entrenador. Tengo idea, hice el curso y cuando se me acabe la carrera, voy a ser entrenador. Veré si será de alguna categoría del club o si hay ofertas de otro lado. O mismo de Argentina, que me tiente a volver”, señaló quien está radicado en Europa desde hace 19 años.

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