Héctor «El Bocha» Chiabodano falleció el pasado 7 de junio. Fue uno de los románticos impulsores de la difusión del handball en las provincias de principios de la década del 70, cuando apenas eran cuatro o cinco las entidades federadas que existían fuera del ámbito porteño.
Fundó la Asociación Santafesina en 1975. La presidió a lo largo de varios mandatos y continuó incansablemente colaborando con ella desde distintas funciones hasta el presente. Debe considerárselo como uno de los pioneros más activos en la difusión de nuestro deporte, quienes con humildad y sacrificio edificaron paso a paso el handball provincial en épocas difíciles.
Pero sin dudas su mayor aporte al balonmano nacional se dio hacia fines de los noventa cuando la crisis originada por el fracaso institucional en la organización del Mundial Juniors de 1995, sumado a un durísimo enfrentamiento político entre dirigentes provinciales y la CAH, originó la desafiliación masiva de las entidades del interior y colocó a la Confederación a un paso de su desaparición.
FeMeBal y la flamante ASBAL necesitaban de una tercera entidad para mantener vigente a la CAH. Fue entonces cuando Chiabodano sumó a ellas a la Asociación Santafesina e impidió el quiebre. Recibió muchas críticas de sus pares, pero siguió adelante y cumplió un papel relevante durante las gestiones para lograr la reunificación del handball argentino que culminarían con todo éxito en 2000.
Se fue El Bocha, quienes lo conocimos lo vamos a extrañar, será justo que las nuevas generaciones conozcan de quién hablamos.