Le regaló al handball argentino más de sesenta años con dedicación profesional total. Fue jugador-entrenador-dirigente, pero por sobre todo FORMADOR.
Es, sin dudas, uno de los mayores responsables, sino el que más, de que el balonmano se practique hoy en todos los rincones del país. El Turco se inició jugando handball de once en el Club Comunicaciones hacia fines de los años cincuenta. Vivió desde adentro el proceso de cambio del juego de campo al de pista. Recibido de Profesor de Educación Física, se perfeccionó en la universidad alemana de Colonia. De regreso, dedicó su vida profesional al desarrollo de esta disciplina.
Fue un visionario que entendíó, antes que nadie por aquí, el valor de nuestro deporte como un formidable agente educativo y trabajó para incorporarlo, en 1965, al plan de estudio del INEF donde ocupó una de las primeras cátedras de la especialidad. Un apasionado, de palabras justas, que siempre creyó que el handball argentino podría…y gracias a la gente como él …pudo. Creó el Círculo de Handball del Instituto, hacia fines de los años sesenta, con el objeto de intensificar el estudio y la práctica de este deporte. Lo convirtió en una instancia de especialización que produjo una formación de excelencia para cientos de estudiantes y egresados.
Forjó incontables camadas de profesores, quienes al retornar a sus lugares de origen introdujeron la práctica del balonmano en todas las escuelas del país. Muchos de ellos fueron figuras como jugadores; muchos más se destacaron como entrenadores de primer nivel. Fue una contribución descomunal para la difusión y el despegue nacional del handball argentino. También fue importante para el desarrollo continental porque el Círculo llevó adelante acciones de intercambio deportivo e instancias académicas en el sur de Brasil, así como también en Paraguay, Chile y Uruguay, cuando en ellos la actividad era incipiente.
Miri fue pionero del handball femenino a principios de los setenta, peleando casi en soledad, contra preconceptos que rayaban en la discriminación y negaban el derecho y hasta la posibilidad de que las mujeres lo practicaran. El “Profe” dirigió durante años a los equipos de ambas ramas del INEF y más tarde a los varones de la SAG de Villa Ballester; con todos logró certámenes locales e importantes triunfos internacionales.
Condujo en varias oportunidades aquellos fugaces seleccionados nacionales de los setenta y de los ochenta que se convocaban cuarenta días antes de cada compromiso y se disolvían al día siguiente de haberlo cumplimentado. Épocas en las que para asumir esa responsabilidad no se hablaba ni de becas ni, mucho menos de sueldos, sino de disponibilidades de tiempos y de ganas…que era lo único que abundaba.
Su mayor éxito: aquel inolvidable primer título sudamericano de 1983 en el Parque Sarmiento, venciendo en la final a BRA ante un gimnasio desbordado de público. La gestión dirigencial no era su actividad preferida, pero también la desempeñó, junto con un grupo de nuevos dirigentes, cuando hubo que enfrentar la crisis de 1995 provocada por el fracaso organizativo del Campeonato Mundial Juniors jugado en el país y cuando la mayoría de las federaciones provinciales decidieron desafiliarse de la CAH.
Fue uno de los artífices de la reunificación lograda en 2000. Era uno de los pocos que por entonces podía dialogar con todos los directivos del interior debido a su ascendiente y a que muchos de ellos habían sido sus alumnos. El reconocimiento a su capacidad también se pone en evidencia cuando se repara en que fue asesor de casi media docena de Secretarios de Deportes de la Nación, aún cuando éstos provenían de diferentes sectores políticos. Tipo serio. Tipo humilde. Hombre de convicciones fuertes. Difícil de convencer sin argumentaciones contundentes. Tipo seguro de cuál era el camino…
Fiel a su propuesta de mirar siempre hacia adelante y con criterio docente, trabajó mucho durante los últimos años para la consolidación del minihandball como instancia recreativa de iniciación temprana. Si alguien preguntase quién fue Alfredo Miri para el handball argentino, tal vez la respuesta debería ser sencilla: Un maestro que hizo escuela y proyectó futuro…
HASTA SIEMPRE PROFE Y MUCHAS…PERO MUCHAS GRACIAS…