Fuente: SuperHandball.com.ar
En un encuentro intenso y caliente, duro y cerrado, jugado con el alma y con el corazón, pero diferente al del viernes, en el que Ballester tampoco pudo estar al frente en el tanteador, River Plate dominó la final para obtener su Nacional número 12. los anteriores habían sido en 2011, 2010, 2009, 2008, 2007, 2006, 2005, 2003, 1999, 1984 y 1983)
Los conducidos por Pablo Sznitowski salieron al campo con una férrea defensa 5-1, al igual que el viernes, con Pablo Portela (1 gol) flotando como avanzado. En ataque, a pesar de lo cerrado del score, se las ingeniaba para superar a Leo Maciel (1-2, arriba para los millonarios).
A los 10 minutos, Julián Souto Cueto y su brazo infernal, (6 goles, máximo anotador del lado del local) se ponían el ataque de Ballester al hombro. El jóven armador convertía todo lo que tenía a disposición para empatar el partido en 3. 5 minutos más tarde, Gabriel Canzoniero (11 atajadas de 30 lanzamientos) comenzaba a jugar su propio partido y detenía pelotas difíciles, de esas que solo pueden parar los Canzoniero (3-4).
En ataque, eran Banchi Ojea (4) y Juan Manuel Vázquez (goleador de River y de la final con 7) quienes hacían de las suyas y superaban el muro rojo. Sin embargo, eran los errores de ambos lados los que dominaban la escena en el 40 x 20. De hecho, pasaban los minutos y los goles escaseaban (sólo 4-7, en 25’).
En ese contexto, sería Ballester el que achicaría la diferencia para irse al descanso tan solo 1 gol abajo: 7-8.
La segunda parte traería cambios por el lado de los conducidos por Elio Fernández. Con Javier Altenbach en el avanzado, intentando obstruir el juego de Ojea (9-10, en 5 minutos), Ballester iba a salir a buscar el encuentro. Sin embargo y a pesar de la buena defensa del local, iba a ser el “Gallego” Vázquez el encargado de lanzar desde afuera para convertir y reforzar el mandato riverplatense (9-12 en 10 minutos).
Con el partido dominado, River volvería a defender intenso, con mucha actitud, como mejor sabe, apelando a la experiencia de Pablo Portela y de Christian Platti. El encuentro estaba 11-14 y era el goleo bajo lo que más beneficiaba a los del Roña. Ballester sufría el juego interno de Francisco Schiaffino (4 goles) desde el pívote y en ofensiva aprovechaba la discutida roja de Pablo Portela. Pero los minutos transcurrían y seguía siendo River el claro dominador (13-17).
Los errores obligados por la férrea defensa de la banda y las pérdidas de Ballester en momentos clave, terminaron por quebrar y sentenciar el partido. La tarde decantaba para el lado millonario que, a falta de cinco minutos, ganaba 16-20. Las cartas estaban echadas, no habría tiempo para sobresaltos, solo para un cierre caliente, con discusiones de ambos lados y la pica folclórica de siempre.
River lo cerró 22-19 y se volvió a coronar campeón del Nacional, luego de 2 años. Justo torneo para la única escuadra invicta que tuvo el campeonato y que ganó con mucha claridad todos sus encuentros, que tuvo un handball brillante el viernes por la noche, cuando cortó todos los circuitos de Ballester en el duelo que cerró la primera fase, que debió luchar hasta el final con Escuelas Pías, el duro de Córdoba y que se dio el gusto de volver a vencer al dueño de casa, en uno de esos partidos que quedarán en la historia por mucho tiempo.