La armadora derecha de la Selección Juvenil analiza la histórica actuación de Argentina en el Mundial de Macedonia. Sensaciones tras el duodécimo lugar obtenido en el torneo, que además tuvo como destacado los triunfos ante el local y Noruega, algo inédito para la rama femenina en citas mundialistas.
La quinta edición del Mundial Juvenil Femenino, disputado en Macedonia entre el 20 de julio y el 3 de agosto, no fue un torneo mas para Argentina. «Histórica», el término que le cabe a una actuación que no solo igualó momentos memorables de otras Selecciones -repitió el 12° puesto del Mundial Junior Femenino 2008, también en Macedonia, y del Adulto Masculino 2011, en Suecia- sino que también superó desde ciertos aspectos a otras: primera vez que un equipo femenino supera a dos equipos europeos en un mismo Mundial. Mas allá de los datos, el equipo de Giselle Pintos mostró un gran nivel de juego a lo largo de las dos semanas de competencia que hace reforzar aquel título.
«Fue un gran torneo para todo el equipo, nos vamos muy conformes principalmente porque demostramos un muy buen juego colectivo además de otras cosas positivas que dejamos en evidencia, como el ser pacientes en los ataques o el hecho de intentar bajar las fallas técnicas partido a partido», asegura Camila Pippo quién agrega que todavía quedan cosas por mejorar y que para eso hay que seguir entrenando. «La clave principal de lo que conseguimos fue todo lo que trabajamos durante meses y hasta años, sin vacaciones, días con doble turno y demás, creo que todo eso fue dando sus frutos».
Argentina integró el Grupo C junto a Rumania, Alemania, Dinamarca, Macedonia y Uzbekistán, obteniendo la clasificación a octavos de final tras los triunfos ante el conjunto local y las asiáticas. Luego de la derrota en la segunda fase ante Montenegro, ya por los puestos del 9 al 16, llegó otro triunfo resonante ante Noruega que permitió finalizar en el duodécimo lugar. «Ganarle a dos europeos fue algo increíble. Ante Macedonia nos teníamos confianza. Si bien sabíamos que iban a estar bien preparadas, nosotras también lo estábamos, entonces en nuestros planes esperábamos ganarlo. El partido contra Noruega fue distinto, casi una sorpresa. Eramos conscientes que iba a ser muy difícil pero en ningún momento lo dábamos por perdido. Ganarlo fue algo indescriptible, una felicidad total, sobre todo porque llegaba como premio al esfuerzo que habíamos hecho».
El hecho de haber compartido la zona con los tres equipos que hicieron podio en el Mundial (Rumania, Alemania y Dinamarca, respectivamente), sumado a que la eliminación en octavos de final fue ante otro equipo que llegó a semifinal (Montenegro), no es excusa para la jugadora de Mitre a la hora de hablar del 12° lugar: «Quizás podríamos haber terminado mas arriba en otra zona, pero de todas maneras varias opinábamos que la nuestra era una de las mas accesibles. Realmente antes de jugar y ver los demás equipos pensábamos eso, después cuando fuimos viendo los partidos nos dimos cuenta que no había sido tan fácil. Pero aún así por momentos, y como también sucedió en los partidos ante Croacia y Portugal, le pudimos jugar de igual a igual a todas las potencias mundiales del handball».
Con respecto a la repercusión que tuvo el torneo, la zurda admite que era imposible no estar aislado, pero que lo manejaron muy bien. «Sabíamos lo que significaba cada partido y de lo que se estaba generando en Argentina, pero igualmente hasta cierto punto. Nuestros familiares nos decían que por allá estaban todos como locos por lo que estábamos logrando pero creo que no eramos realmente conscientes de todo, quizás porque estábamos muy metidas y concentradas en el torneo, además de estar lejos claro». Sin embargo, los elogios no solo llegaban desde nuestro país, en Macedonia los hubo también. «Muchos entrenadores de los otros equipos nos felicitaban a todas por los partidos que hacíamos, el entrenador de Rumania por ejemplo, los daneses fueron otros que nos elogiaron. Para nosotros fue algo increíble que ellos nos feliciten a nosotras, no lo podíamos creer», cuenta la juvenil.
Con 26 tantos, Camila Pippo, fue la tercera goleadora del equipo en el Mundial (detrás de Carletti y Casasola), y uno de los pilares fundamentales de este equipo durante los nueve partidos que la Selección jugó en Macedonia. Para ella, como la mayoría de las chicas, se fue un torneo que además de ser inolvidable por el resultado, tendrá el plus de ser el primero como internacional. «Fue la mejor experiencia de mi vida. Antes de viajar Macarena Sans nos decía que es el mejor torneo que se puede jugar, ella con la experiencia del Mundial Junior encima nos lo aseguraba. Y la verdad es que coincido totalmente, es algo increíble, tenia muchas expectativas: como seria jugar un Mundial, el hecho enfrentar europeos y lo que podría ser ganarle. Encima lo conseguimos, a falta de uno le pudimos hasta ganar a dos, imaginate la alegría».
Los mejores goles de la Selección Juvenil Femenina en el Mundial de Macedonia
Por Rodrigo Alzugaray – Prensa CAH
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