Brasil derrotó a Argentina 33-18 y se adjudicó el X Panamericano Junior Femenino disputado en Buenos Aires. Uruguay fue subcampeón del torneo tras vencer a Canadá 30-17. Paraguay logró un gran triunfo ante Chile 32-13 y cerró su participación en el cuarto puesto.
Brasil mostró su mejor cara en el Panamericano justamente en la final, en el partido más importante, en el que ni siquiera le alcanzaba con ganar por dos goles sino que lo debía hacer por una diferencia mayor para consagrarse campeón. Con aquella premisa salio al Polideportivo del CeNARD, la de no bajar nunca la intensidad por más que siempre estuvo arriba en el tablero. En el inicio Brasil marcó el ritmo con un parcial de 4-1, Tamires Lima en dos ocasiones y Gabriela Pessoa en otras dos. Un presagio de la noche, porque justamente la pivot y la central iban a ser las dos jugadoras fundamentales que tuvo este Brasil campeón. Sobre todo lo fue Tamires Lima (11 goles), que con su físico y su oficio desde los 6mts fue un problema sin solución para Argentina en ese primer tiempo y en gran parte del segundo. La potencia de la n°7, sumado a la efectividad en los lanzamientos externos de Gabriela Pessoa (7 goles), por momentos indescifrables para Ayelén Rosalez y Romina Ramazzotti, le permitió a Brasil irse al descanso con una amplia ventaja. Por el lado de Argentina: la lucha incansable, apoyada siempre por su público, por encontrar el rumbo durante esos treinta minutos. Ni siquiera con los destellos de Elke Karsten (5 goles), la presencia de Campigli (4) y la actitud de Sans (4), que desde el banco sumó mucho, la Selección Argentina pudo revertir la historia de esa primera parte que se fue a favor de Brasil 17-10.
Algo había que cambiar en el segundo tiempo y Eduardo Peruchena lo sabía. Si algo no se le puede objetar al entrenador es que se cansó de probar variantes en defensa. Arrancó con un 6-0, probó con un 3-2 y uno mas avanzado con personal sobre Pessoa y cerró con la marca personal de Sans sobre la central brasileña casi de forma religiosa. No hubo caso, Brasil, como había sido en la primera parte metió un parcial rápido de 4-0 que pegó en lo anímico. Los once goles de diferencia, que después se transformaron con el correr de los minutos en trece, no fueron un impedimento para que luego de dos goles de forma consecutiva de Sans y Bolling la gente se levante para alentar a su Selección. Al contrario, ante la adversidad el apoyo a las chicas fue mayor. La situación se volvió a repetir promediando esos segundos treinta tras otro gol de Bolling post excelente circulación de la primera línea y otro gol de Elke luego de un buen pase de Florencia Gutierrez, pero lo cierto es que Brasil ya tenía asegurada la victoria. Brasil lo ganó y lo hizo con contundencia, 33-18 y gran desahogo para las chicas brasielras que hace dos días habían caído sorpresivamente ante Uruguay. Mérito para un equipo que se recuperó y no dejó dudas de porque fueron las campeonas.
En el primer turno del Romero Brest, Uruguay enfrentó a Canadá. Las charrúas controlaron los destinos del balón desde el principio, y sacaron una rápida ventaja para encontrar comodidad. Sobre el final del primer tiempo, Canadá equilibró las acciones y se acercó en el marcador: se puso 10:12 abajo. A las uruguayas les costaba definir. Pero en el segundo tiempo el entrenador rioplatense y sus jugadoras encontraron la llave para abrir otra vez la defensa canadiense: metieron un furibundo parcial de 6-0 en los minutos iniciales, y se distanciaron para siempre de las norteamericanas. A partir de allí, Uruguay se manejó con calma y hasta animándose a hacer algún firulete con la pelota. Y luego festejaron. Jugadoras, entrenadores y la gente que los acompañó a lo largo de este muy buen torneo que han hecho, con batacazo ante Brasil incluido. Son segundas tras la caída de Argentina ante Brasil por mas de nueve goles. En agosto las espera el Mundial de Croacia.
Paraguay y Chile cerraron su participación en el Panamericano con un mismo objetivo en la previa: ya fuera de la lucha por una plaza en el Mundial, el de sumar un triunfo y despedirse de la mejor forma del torneo. Paraguay fue el que hizo mejor las cosas a lo largo de los sesenta minutos, demostró y confirmó ampliamente que está un escalón mas arriba que Chile superándolo por diecinueve goles. La diferencia la generó promediando el primer tiempo (el cierre fue por 15-7) aprovechando varias exclusiones y constantes perdidas de su rival que, pese a ser paciente en ataque, nunca le salió nada. En contrapartida, Paraguay volvió a repetir esa fórmula que tanto le dio resultado en el primer tiempo contra Argentina y contra Canadá, una defensa bien afianzada para luego correr los contraataques. Con eso y con una buena circulación en el posicional se lo ganó con mucha contundencia. Mas allá del gran partido que hizo Paraguay en general, las individualidades que tiene también hicieron la diferencia. Mará Machuca, en el arco, Ana Acuña, Fernanda Insfran y Carimy Aluan, en la primera línea, y Alexia Caceres, en el pivot, fueron demasiado para un Chile que intentó reaccionar en la segunda parte pero que solo se encontró con ráfagas de goles de Paraguay con que se llevó el partido por un amplio 32-13.