Argentina le ganó a Chile por 26-14 y repitió título Sudamericano en varones. Al igual que en la rama femenina, los chicos argentinos se impusieron en la final por amplio margen.
La selección argentina, en ambas ramas, llegó a General Alvear como candidato a llevarse el título. Con el objetivo cumplido en mujeres minutos antes, restaba esperar por lo que hicieran los chicos para cerrar un torneo perfecto por donde se lo analice. Argentina contribuyó con esa excelencia: victoria por mas de diez goles de diferencia en la final ante Chile y, al igual que en Palmira el año pasado, se quedó con el Sudamericano Menor.
Decir que existe doce goles de diferencia entre un equipo y otro sería ser un tanto injusto con un equipo chileno que mostró condiciones a lo largo del torneo y que jugó bien la final, sobre todo en el primer tiempo en el cual se fue abajo apenas por tres goles. Sin embargo, no reconocer esa desigualdad entre los equipos también sería injusto para Argentina. Ganó la final con autoridad, como hizo en sus cuatro partidos anteriores: sacó distancias en los primeros minutos, la mantuvo bien pese a un parcial de 3-0 de Chile sobre el cierre de los veinticinco iniciales y en el segundo tiempo lo terminó de liquidar.
Circulación, cruces, gran pase de Gastón Bevolo para Agustín Ceres y definición abajo, al segundo palo, del jugador de SEDALO. Golazo. Los dirigidos por Perugini, Puente y Stanevicius mostraron su mejor cara del torneo en los posicionales. ¿El deficit? Ese pasaje de cinco minutos casi sobre el final del primer tiempo donde la primera línea chilena jugó con mucha facilidad. Andrés Epstein x2, Cristóbal Andrade y alarma encendida.
Argentina no sintió el golpe y rápidamente la desactivó en el segundo tiempo en base a una buena efectividad en sus lanzamientos, aspecto que fue perdiendo Chile con el correr de los minutos y que lo llevo a estar mas de diez minutos sin convertir. Crónica de una muerte anunciada. En ese pasaje Argentina sacó siete de ventaja, final en el bolsillo a falta de varios minutos del final del partido y bicampeonato consumado.
Rodrigo Alzugaray – Prensa CAH