Los metropolitanos se consagraron campeones en las dos ramas de la categoría oro sin ceder un solo punto. En la final, las chicas vencieron a Mendoza por 33 a 15, mientras que los varones hicieron lo propio, ante el mismo rival, por 23 a 22.
La final femenina tuvo a Femebal como dominador estelar durante todo el partido. Las dirigidas por Gabriel Raffo salieron a la cancha a demostrar porque son las favoritas en cada torneo que se presentan. Abrieron el marcador gracias al oportunismo de Maite Alonso, que además, fue una de las figuras del encuentro. La paridad duró sólo 7 minutos: en ese entonces, la diferencia era de 4 tantos a favor de las metropolitanas. Melani Mansilla, arquera de Femebal, tuvo una muy buena labor en el comienzo del encuentro, lo que facilitó el despegue de sus compañeras. Pero fue nada más que eso, 7 minutos de paridad, después todo pasó a ser de Femebal. La presión constante de las metropolitanas ahogó todo tipo de esfuerzos de las mendocinas. La brecha en el tanteador fue creciendo hasta llegar al 18-6 parcial, con el que se fueron al descanso.
En la segunda etapa, lejos de conformarse con lo realizado en la primera mitad, Femebal salió a liquidar la historia y no tardó mucho en hacerlo. A los 8´, ya ganaban por 15 (28-13). La cuota goleadora de la extremo Maite Alonso (máxima anotadora del encuentro con 9 tantos) y de Malena Cavo (con 8) terminó rápidamente con las ilusiones de una posible remontada de las mendocinas. Los minutos finales fueron un monólogo de Femebal, que manejó el partido a su antojo hasta que sonó la chicharra. Las metropolitanas se consagraron campeonas una vez más, con un nivel excelso que mantuvieron durante todo el torneo. Una historia que se repite año tras año.
Por otra parte, en el partido decisivo de los varones pasó de todo: paridad al principio, dominio marcado de un equipo en un pasaje determinado del encuentro y, como si fuera poco, un final para el infarto, después de una gran remontada del otro conjunto.
En el comienzo del encuentro, la paridad fue la protagonista. Sin embargo, con el correr de los minutos, los metropolitanos afinaron la puntería y lograron sacar una ventaja de 6 tantos en el marcador. Diferencia que se mantendría hasta el cierre del primer tiempo. 13-7 y a refrescar conceptos con el entrenador.
En la etapa final, Femebal tuvo un arranque arrollador y estiró la diferencia a 8 rápidamente. Mucho tuvo que ver Juan Ignacio Astegiano con su cuota goleadora (convirtió 6 en el partido). En 8´, los metropolitanos ya ganaban 20 a 11 y el encuentro se le hacía cada vez más cuesta arriba a los dirigidos por Marco Arce. A pesar de todo, cuando parecía que Femebal se encaminaba a una victoria tranquila, el juego tuvo un giro inesperado. Mendoza concretó una ráfaga de goles que lo metió nuevamente en partido. Fueron muy importantes los tantos de Leonardo Cocucci, Marcos Manchón, Santiago Sans y Felipe Bouzo para la remontada. Los metropolitanos se desconcentraron y cometieron muchas faltas, lo que provocó la salida por dos minutos de varios de sus jugadores. En ese momento, Mendoza se aprovechó de los nervios de su rival y continuó con su levantada. A falta de dos minutos, la diferencia era de sólo dos tantos. 23-21 y un final para el infarto. La gente no se movía de sus asientos, las chicas de Femebal, que se habían coronado hace dos minutos, alentaban sin cesar a sus compañeros. Los nervios invadían a todo el Polideportivo. Pero quedaba una jugada más para alimentar el suspenso: penal para Mendoza y la chance de quedar a uno. Los jugadores metropolitanos esperaban con ansias el final. Santiago Sans convirtió la pena máxima, pero no había tiempo para nada más. Mendoza dejó todo en la cancha, pero no le alcanzó para llevarse el título. La chicharra sonó y se desató la fiesta de Femebal (varones y chicas unidos para festejar los títulos obtenidos). El clásico “dale campeón, dale campeón” fue el primero de varios cantitos que seguirían con el correr de los minutos.
Por Emiliano Ammendolea