Así lo asegura Julio Contreras, entrenador de la selección femenina de Mendoza, tras la contundente victoria ante Córdoba. Las palabras de un formador que destaca, ante todo, el compromiso con el deporte y que tiene como referente en su trabajo a Alfredo Miri.
Suena la chicarra y todo el grupo de chicas salen disparadas a la mitad de la cancha para abrazarse. Allí estaría la foto del partido: Mendoza le ganó a Córdoba 28-18 en el torneo Oro, cerró su zona con puntaje ideal y clasificó a las semifinales. Sin embargo, lejos de los flashes y a paso tranquilo mientras recibe los saludos por el triunfo, se encuentra el mentor del equipo mendocino, Julio Contreras.
Alcanza con observar como vive cada uno de los partidos para darse cuenta lo que este entrenador de 57 años siente por el handball. Para él, todos los partidos son finales, la única diferencia son los matices que puede tener cada uno: “El primer partido es el más complicado del torneo, es el que te levanta el ánimo o te lo baja, te condiciona para salir a jugar los otros. El segundo el más importante, te define si clasificas o no. El tercero como el de hoy es el que hay que jugar con la cabeza”, analiza Contreras. “Hoy sabíamos que empatando o perdiendo por menos de cinco goles nos metíamos en semifinales, lo teníamos en claro. De todas formas la idea siempre tiene que ser que para ser el mejor hay que ganarle a todos. No especulamos y creo que se vio demostrado en la cancha”.
Contreras, que en el 2005 estuvo como ayudante de Fernando Capurro en la selección cadete que viajó a Curitiba con muchos de los que hoy son Gladiadiores, sabe lo que quiere con sus equipos. “La clave es la defensa, mucho mas en este tipo de torneos formativos”, revela el mendocino que ya es famoso en Embalse por sus constantes gritos durante los partidos. Cuando uno le marca esto, sonríe, hace un silencio y explica: “Son formas de vivir el handball desde afuera, hay distintos estilos de entrenadores. Yo soy uno bastante especial, cuando tenemos la posesión casi no me vas a escuchar, pero cuando el rival se acerca a los 9 metros ahí si me vuelvo un poco loco”.
Mendoza venció a San Rafael el miércoles, ayer a Amigos del Rocha y hoy a Córdoba. Desde las 18 enfrentará a AsBalNor buscando la final del torneo. Con respecto a los partidos que se le vienen en la inmediatez a las chicas mendocinas, Contreras asegura que no le preocupa tener que jugar en pocas horas nuevamente. “Si fueran 25 minutos y la cancha fuera más grande otra sería la historia, no influye. Ahora es cuestión de trabajar sobre las debilidades de ellas y contrarrestar sus fortalezas de la mejor forma”, dice el profe que revela que su principal preocupación es lo bien que manejan las subidas las chicas de AsBalNor.
Sobre una hipotética final con FeMeBal mañana, el entrenador que hace unos años también estuvo a cargo de los cadetes y juveniles varones de la selección mendocina, y sabe lo que es enfrentarlos, da su visión. “La principal diferencia no pasa tanto por el juego sino por la experiencia que tenemos cualquiera de las provincias y ellos. Mientras nosotros tenemos una vez por año un partido como estos, de tanta importancia y presión para los chicos, FeMeBal lo tiene una vez por semana en sus torneos. Son varios los casos donde Mendoza o Córdoba le gana a FeMeBal en las zonas y después en la final Buenos Aires se termina imponiendo. Eso te lo da el oficio”, destaca Contreras. Pese a conocer la dificultad y la distancia que hoy separa a una y otra afiliada, rescata el buen trabajo que se esta haciendo en toda la Asociación Mendocina de Balonmano, la cual tiene como uno de los principales objetivos en estos últimos años tener los 14 chicos por categoría como corresponde y no que se den esas situaciones donde un equipo necesita reforzarse con 6 o 7 jugadores de otros lados.
Justamente el trabajo es un pilar para este entrenador que se formó como tal allá por la década del 80, mientras Alfredo Miri ya hacía escuela estando a cargo de los equipos de Ballester y de las selecciones nacionales. “Lo mas importante en el handball es la constancia. Solo llegan los apasionados, con tener condiciones no alcanza. Y el ejemplo tiene que llegar desde nosotros primero. Si no llegas temprano a los entrenamientos, si no te manejas con responsabilidad, no pretendas que los jugadores aparezcan solos”, dice Contreras.
El apellido Miri aparece en la charla y es imposible para el mendocino no recordar frases o anécdotas del entrenador que le da nombre a este torneo Argentino Menores que se esta disputando en Embalse. “Alfredo nunca tenía un libro, el libro era él”, asi lo define Contreras que al instante pasa a contar como una vez Miri estaba a cargo de la selección, el había viajado a un torneo con varios chicos y se lo encontró entrenando. “Le pedimos si podíamos jugar un partido contra ellos y no tuvo problema. Hicimos un gran partido, casi se lo ganamos. Al terminar Alfredo me agarra y me pregunta como hacía para defender”, narra Contreras. “Yo le contesté que abierto, los chicos tienen que aprender a defender uno contra uno, defensas cerradas no sirve desde edades tempranas”, cierra el entrenador que tiene una filosofía de trabajo bien marcada basada en el compromiso y la dedicación por el handball. De la escuela de Miri, asi se define este profesor a cargo de la selección mendocina menor femenina que hoy buscará la final del torneo Oro.
Por Rodrigo Alzugaray