El 8 de julio de 1923, se jugó el primer partido internacional de Balón (handball) entre selecciones nacionales americanas. Se enfrentaron, en Buenos Aires, Argentina y Uruguay; el triunfo fue para los celestes por 7 a 3, quienes obtuvieron así la edición inaugural del Campeonato Río de la Plata y se adjudicaron la Copa Diario del Plata (1).
El Balón, antecesor del handball en América, había sido creado en 1918 en Montevideo por Antonio Valeta, un militante del naturismo, movimiento precursor del actual ecologismo, con el objeto de superar los defectos que, a su juicio, ofrecía el fútbol.
Pensaba que jugar la pelota con los pies y aceptar el roce físico violento eran prueba de su “antinaturalidad”. Diseñó un deporte en el que se sancionaba todo contacto. Se utilizaba el campo, los arcos y el balón del fútbol, que era manejado exclusivamente con las manos.
La especialidad creció rápidamente en la capital uruguaya y llegó a Buenos Aires en 1920, también a través de los naturistas. En 1921 ya existía la Federación Argentina de Balón y eran más de veinte los equipos afiliados.
En 1922 se jugó el primer encuentro internacional interclubes entre los campeones del año anterior en ambas federaciones nacionales. Gimnasia y Deportes de Montevideo venció por 4 a 3 a Juvencia, el 25 de mayo en la vieja cancha de Boca Juniors y obtuvo la “Copa Municipalidad de Buenos Aires”.
Poco más de un año más tarde, el 8 de julio de 1923, en el estadio de Ferrocarril Oeste, en Buenos Aires, tuvo lugar el histórico primer partido entre selecciones nacionales (Según el propio diario auspiciante, aunque en los anuncios se daba como sede a Sportivo Barracas). Uruguay venció a Argentina por 7 a 3 y demostró que la capacidad técnica de los inventores del Balón era, por entonces, un escollo insalvable para el entusiasta elenco porteño.
Las crónicas aparecidas en los diarios montevideanos (los locales no se hicieron eco del evento) hablan de una “gran cantidad de público”. Infortunadamente no se han encontrado imágenes fotográficas que lo corroboren.
Con doce hombres por bando, ambos contendientes presentaron el esquema tradicional de juego que alineaba a un centinela, 3 guardianes, 3 retaguardias y 5 vanguardias, utilizando la nomenclatura original (algo militarizada) que había acuñado Antonio Valeta cuando creó el Balón.
Bajo el arbitraje elogiado del argentino Juan Birba, los equipos presentaron estas formaciones:
URUGUAY: J.Piano (Perseo); Antonio Moyano (Uruguay Asociación), Francisco Martuchi (Oxford) y A. Vergara (Perseo); O. Felitto (Oxford), Juan Caruso (Perseo) y León Acuña (U.As.); Jorge Báez (Perseo), Ulises Uslenghi (U.As.), Alfredo Crotta (Perseo), Alfredo Grobba (Perseo) y R: Poggio (U As.) (2)
ARGENTINA: Roberto Mangiante (Deportivo Argentino); José Martínez (Olimpia), Agustín Draghi (Chacabuco) y Ángel Bertani (Peuser); Manuel Velazco (Sportivo Sudamericano), Ricardo Campos (Juvencia) y Adolfo Islas (Juvencia); J.Vega (Dep. Arg.), E. Paso , Roberto Moretti (Olimpia), Agustín Domínguez (Dep Arg.) y Carlos Somoza (Chacabuco)
LA PROGRESIÓN Y LOS GOLEADORES
Tal como lo señala la investigadora uruguaya Adriana Suburú en su “Historia del Balón”, es curioso que los diarios El Día y El Plata (ver imágenes) no coincidan en sus versiones del desarrollo del partido, aunque sí lo hagan en lo que se refiere al resultado final. Así vio la progresión del marcador el periódico auspiciante (que decía haber destacado un corresponsal en Buenos Aires).
ARG URU |
1 0 Somoza |
La Copa se pondría en juego en tres oportunidades más. Fue triunfo uruguayo por 8 a 7 en 1924 en Boca Juniors. Nueva victoria celeste, ahora por 11 a 7 en 1928, en el montevideano Parque Higiene y Salud. El primer éxito argentino llegó en 1929, cuando el elenco porteño se alzó con el triunfo por 9 a 6 en el campo de Argentinos Juniors. Hubo luego dos partidos para conmemorar, con atraso, el centenario de la independencia uruguaya en 1931. Fueron conquistas albicelestes por 4 a 1 y 5 a 3. De allí en más, languideció la práctica del Balón en los dos países, sobre todo en Uruguay. Hubo, sin embargo, algunos amistosos entre clubes.
Las reglas se fueron modificando y asemejándose paulatinamente a las del handball de campo; hasta que en 1937 la Federación Argentina resolvió aplicar en su totalidad la normativa de juego alemana.
No habría más encuentros internacionales entre los vecinos del Plata hasta bien entrada la década de los 80, ya en la especialidad de siete jugadores.
Lo cierto es que aquel partido de leyenda, inauguró el historial internacional, no sólo en el Río de la Plata, sino también en América y constituye una de las expresiones más antiguas de la competición handbolística mundial.
(1) El diario montevideano apareció en 1912 como Diario del Plata; pero continuó a partir de 1914 como El Plata En diferentes publicaciones se hace alusión al trofeo con ambas denominaciones.
(2) No integraron el seleccionado charrúa los jugadores de los dos equipos más poderosos del Balón oriental: Sporting Club Uruguay y Gimnasia y Deportes de Montevideo, quienes mantenían un conflicto con las autoridades de la Federación Uruguaya.
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