Los dirigidos por Fernando Capurro vencieron 34-28 a Puerto Rico y terminaron terceros en el Panamericano. De esta manera, se clasificaron para el Mundial de Bosnia Herzegovina que se jugará en julio próximo.
Ya se conocía al campeón del torneo. Brasil se había consagrado minutos antes, después de vencer al anfitrión por 25-21, en un partido que fue muy parejo y se definió en los últimos minutos. No obstante, quedaba un duelo más. Puertorriqueños y chilenos debían jugar por el tercer puesto. El que ganase dicho encuentro obtendría la última plaza para ir al Mundial.
Ambos equipos venían de caer en semifinales, Puerto Rico ante Argentina y Chile frente a Brasil. Tenían la gran oportunidad de mejorar su imagen para despedirse de la mejor manera de Mar del Plata.
El encuentro arrancó favorable para los boricuas, en un minuto ya ganaban 2 a 0. Sin embargo, el conjunto chileno reaccionó rápidamente y convirtió cinco goles de manera consecutiva para ponerse 5-2. José Diaz (entrenador de Puerto Rico) pidió time out para corregir los errores. Su equipo no producía peligro y no se encontraba cómodo con la pelota. Nazario, era el único que inquietaba a los chilenos. Todo lo contrario pasaba con Hiraldo, figura destacada en partidos anteriores, que hoy no estaba en su día. Los minutos pasaban y los trasandinos aprovechaban la defensa endeble que tenía Puerto Rico para penetrar con suma facilidad y llegar al gol. La diferencia iba en aumento a favor de los cordilleranos, en 25´ ganaban por 10. Puerto Rico estaba desconocido, ni por asomo era el equipo molesto y peligroso de las presentaciones anteriores. Los 30´ iniciales llegaron a su fin con la victoria parcial de Chile por 20-9.
En el segundo tiempo, hubo un cambio de actitud en el conjunto centroamericano. Acortaron la diferencia -era de 11 tantos- a seis. De todas formas, cuando parecía que se armaba otro partido, el elenco comandado por Capurro levantó su nivel y se escapó nuevamente en el tanteador. 25-16 mostraba el tablero a los 12´ de la segunda mitad.
Corría el reloj y Puerto Rico se desesperaba porque no le encontraba la vuelta al juego. Las faltas recurrentes que hacían sus jugadores, lo dejaban en inferioridad numérica y favorecía claramente a su oponente. Francisco Salazar, de gran partido, se cansaba de hacer goles para el conjunto chileno. La temática se mantuvo así hasta el final, con un Chile que defendió firmemente y contraatacó para lastimar cada vez que se lo propuso. El duelo llegó a su fin, como así también la ilusión de los puertorriqueños. El equipo chileno ganó 34-28 y festejó la clasificación al Mundial.
Por Emiliano Ammendolea