El conjunto oriental venció 14:11 a su par chileno y se convirtió en el primer clasificado a la final del Sudamericano de Menores. El encuentro entre sendos equipos en la fase preliminar había sido para las cordilleranas. Su rival será el ganador del partido entre Argentina y Paraguay, que se jugará en el segundo turno.
El primer período comenzó teniendo como protagonista al menos esperado. Uruguay se puso el partido al hombro y sorprendió a más de un desprevenido que suponía una clara superioridad por parte de las trasandinas, líderes de la Ronda Preliminar. Por medio de contragolpes, las rioplatenses supieron llevar el marcador a un 4:1 en su favor a los 8 minutos de juego (resultado que perduraría hasta los 14). Sin embargo, la diferencia pudo haber sido mucho mayor de no haber sido por la cantidad de chances claras de gol que desperdiciaron, sumado a una buena actuación de la arquera chilena, Dominique Liat, que defendía su valla con uñas y dientes, y salvaba al seleccionado cordillerano en varias oportunidades.
La entrenadora de Chile, Valentina Squella Grez, se vio forzada a pedir tiempo muerto para reorganizar a un equipo desorientado en el campo de juego, que se chocaba con una inflexible defensa charrúa. La diferencia en el armado y definición entre ambos combinados se veía reflejada en el tablero, que sentenció un 8:2 con el que se bajó el telón del primer acto.
“Vamos Uruguay, vamos a ganar, que la vuelta vamos a dar”, se escuchaba desde una tribuna teñida de celeste. La luz de 6 goles alcanzada en la primera mitad sería vital para dominar el partido con cierta tranquilidad y, por qué no, permitirse soñar con la clasificación a la final del certamen. El juego plasmado en la cancha era bastante similar al del primer tiempo. Por un lado las orientales defendían a capa y espada, e intentaban abatir el arco chileno. Por el otro, las vestidas de un azul profundo buscaban alternativas para imponer el nivel presentado en sus actuaciones anteriores.
A los 33 minutos de juego, un ambarino 13:8 que señalaba el tablero provocaba en la entrenadora charrúa, Luciana Moreira, una euforia acompañada de orgullo que ella misma se encargaba de transmitir a sus dirigidas. Faltando un minuto y medio para el final, las chilenas se despertaron y se pusieron a tan sólo dos goles de las, hasta ese momento, dominadoras del cotejo. Un tiempo muerto pedido por el banco uruguayo fue clave para calmar las aguas y anticipar el anunciado desenlace. La chicharra sonó y un 14:11 puso a Uruguay, que venía de perder todos sus partidos, de cabeza en la final.
Luego de los merecidos festejos y arengas charrúas, la entrenadora expresó, inundada de orgullo, sus sentimientos acerca del progreso de sus dirigidas a lo largo de la competencia. «No nos sorprende haberle ganado a Chile. Lo que sorprende es que las chicas crecieron mucho en el campeonato. Hicieron un proceso acá mismo que a muchos equipos les lleva 7 u 8 meses», sostuvo. Asimismo agregó que, ya que sus jugadoras habían salido derrotadas en todos sus partidos, trabajaron «para que el grupo se mantuviera unido, y también para que vivieran el deporte como lo que es. Hoy jugaron con felicidad. El deporte no es sufrimiento». Respecto de la organización del torneo confesó que «el formato ayuda. Hace que pueda ganar cualquiera de los cuatro equipos.
Por Sebastián Ocampo