El elenco chileno derrotó al equipo paraguayo por 15-13 y quedó momentáneamente primero en el campeonato. El próximo encuentro, entre argentinas y uruguayas, definirá como quedarán los cruces en semifinales.
Paraguay, revelación del torneo, venía de dos triunfos en igual cantidad de presentaciones (el último ante la Selección Argentina por 17-16 en el día de ayer) y buscaba asegurarse el primer puesto. Por su parte, la selección chilena, cosechaba dos puntos, producto de una victoria y una derrota.
La hinchada guaraní, llena de felicidad por el resonante éxito frente a las chicas argentinas, copó la tribuna y armó una verdadera fiesta con cornetas, globos y el aliento constante que los caracteriza.
Sin embargo, el que arrancó a paso firme fue el conjunto trasandino que pegó primero y sacó dos goles de ventaja en los instantes iniciales. Propuso una marca pegajosa que surtió efecto. Mientras tanto Paraguay, a través de Fiorella Zayas (número 16), le hizo marca personal en cada ataque a Rocío Gomez (número 2 de Chile) que no sirvió de mucho. Las dirigidas por César Servín no pudieron plasmar el juego que venían haciendo en los últimos partidos. “Siempre tratamos de imponer nuestro juego, pero esta vez no se nos dio”, reflexionaba después del encuentro el entrenador paraguayo. Mucho tuvo que ver la presión constante de las chilenas que estuvieron muy concentradas y en el arco contaban con una de las figuras de la cancha-Dominique Rezepka- que se mostró inquebrantable en todo el encuentro. Pese a esto, en los momentos culminantes de la primera etapa, Paraguay afinó la puntería y quedó a un solo tanto en el marcador. La “Roja” se fue al vestuario 6-5 arriba.
La segunda mitad comenzó de la misma manera que la primera, las dirigidas por Valentina Squella, salieron “a comerse la cancha” inflando la red con dos anotaciones en los primeros instantes. También su arquera seguía en un gran nivel, contuvo un penal apenas arrancó el segundo período. Mientras tanto, en la grada paraguaya sonaba el famoso: “Si se puede, si se puede” , brindándoles fuerza a sus jugadoras para cambiar la historia del cotejo. 11-7 ganaban las trasandinas a doce del final. Con el correr de los minutos las cordilleranas se afirmaron definitivamente y extendieron la diferencia a seis tantos. La albirroja no le encontró la vuelta al planteo que le propuso su rival y entró en un nerviosismo total, cometiendo muchas faltas y errando en ataque de igual forma. En los momentos finales, las paraguayas, con el último esfuerzo, se acercaron peligrosamente en el tanteador, pero no pasó de eso. El duelo expiró con una victoria inobjetable del elenco chileno por 15-13 que sueña con ser campeón.
Por Emiliano Ammendolea