Las charrúas, hoy vestidas de rojo, vencieron al seleccionado paraguayo por 22:13 y sumaron sus primeros dos puntos del campeonato. Las albirrojas cosechan dos derrotas consecutivas y su panorama es cada vez más complicado.
La previa era más que prometedora. Las orientales darían sus primeros pasos en el Sudamericano de Cadetes, mientras que las guaraníes buscarían sacarse el estigma de la dura victoria del día de ayer, cuando perdieron 23:12 con el combinado local. Las tribunas, teñidas de un rojo furioso por un lado y con banderas uruguayas por el otro, anticipaban un encuentro tan vibrante en el campo de juego como en sus alrededores.
Los primeros instantes del cotejo fueron poco vistosos. A las jugadoras de ambas escuadras les costaba dominar el balón debido a que el mencionado tenía más presión que la conveniente, por lo que se dificultaba su control y traslado. Ya con una pelota nueva en cancha, el partido se enriqueció.
La primera en inflar la red fue Camila Silveira, de Uruguay. De todas maneras, desde su génesis el partido ya apuntaba a ser desprolijo en sus armados y definiciones. A sendos equipos les costaba mucho preparar una jugada bien amalgamada con un desenlace de gol. Paraguay desde el inicio presentó una defensa 6-0 con la que pretendía anular cualquier arremetida rival. Sin embargo, prestaba debilidades en sus sectores extremos y, a la hora de contragolpear, regalaba la pelota con largos pases sin destino.
A los 20 minutos de juego, el seleccionado rioplatense superaba a su par paraguayo por 6:4. El plantel comandado por Silvana Renom contaba con una Paola Santos que, en varias oportunidades, se hizo ama y señora de su arco, tanto en jugadas de corte fuera del área, como a la hora de atajar tiros desde los 7 metros. Si bien la diferencia no era abultada, la divergencia entre ambos planteles era clara. El modo en que el entrenador guaraní, Rubén Subeldía, impartía sus órdenes a sus dirigidas generaba un total desasosiego en ellas, provocando que entren en un peligroso desconcierto que desembocaba en jugadas poco productivas. El primer tiempo finalizó con un tablero luminoso marcando un 9:7 en favor del seleccionado celeste.
El segundo período tuvo muchos momentos de fricción. Ambos seleccionados tuvieron la posibilidad de aumentar su cosecha desde los 7 metros en varias secuencias del encuentro. Las uruguayas tomaron el control y consiguieron una luz de 8 goles (17:9), que les serviría y mucho para mantener la diferencia durante el resto del partido. Con el correr de los minutos el trámite se fue emparejando y las albirrojas descontaron algunos goles, aunque no alcanzaba para igualar el marcador.
En los últimos momentos del partido, la Selección de Uruguay tomó las riendas y consiguió despegarse con 9 goles sobre su rival. La chicharra anunciaba el final del encuentro, al mismo tiempo que el tablero firmaba un 22:13 final en favor del seleccionado charrúa.
Al final del partido, la entrenadora de selección uruguaya expresó su opinión acerca de haber sido el equipo que quedó libre en la jornada de ayer. «Yo siempre quiero jugar. Me parece que la ventaja es que pudimos ver a los demás equipos y saber cómo están, inclusive pudimos filmar los partidos. La desventaja es que hoy en el debut tuvimos 15 o 20 minutos de nervios. Creo que de todas maneras aprobamos, la nota sería un muy bien», afirmó con orgullo. De igual manera dejó en claro que su objetivo “es obtener resultados. Vamos de a poco. Lo de hoy lo tomamos como una final y la pasamos. Pero hay que mejorar mucho porque si no cuando nos toque Brasil se nos va a complicar».
Por Sebastián Ocampo