Las chicas argentinas venían de triunfar ante las chilenas en un encuentro durísimo que se definió en los instantes finales. Por su parte, las oriundas de Paraguay derrotaron a las uruguayas, en su debut, con una diferencia importante en el tanteador. Con estos antecedentes, el duelo entre ambos equipos era más que prometedor.
El cotejo comenzó con una presión molesta de las chicas paraguayas sobre las jugadoras argentinas. Esto se reflejó rápidamente en el marcador, que en dos minutos mostraba el 2 a o parcial. De todas maneras, las dirigidas por Rodrigo Sabino se despertaron y gracias a la contundencia de Valentina Martinez (dos anotaciones consecutivas) igualó el tanteador. El trámite fue ganando en intensidad, la paridad en ambos conjuntos quedaba evidenciada en el resultado y en el nivel de juego. Sin embargo, las chicas argentinas fallaron mucho y eso determinó el desnivel en el tablero. Las paraguayas ajustaron las marcas y se fueron al vestuario 11-7 arriba.
El trámite de la etapa final repitió la temática del primer tiempo, las dirigidas por César Servín entraron a la cancha con la certeza de llevarse por delante a su rival y quedarse con los ansiados dos puntos. Argentina cometió varias faltas que le valieron exclusiones por 2´ de varias jugadoras. En 11´, Paraguay ganaba 13-11 y pese a estar jugando mejor, no lograba estirar la ventaja. Con el correr del tiempo todo cambió. Las chicas argentinas igualaron en 14 a falta de cinco minutos. La hinchada local empezó a cantar cada vez con más euforia, brindándoles aliento a sus jugadoras más pequeñas que habían levantado el nivel. La gente de Paraguay no se quedaba atrás y alentaba sin parar a sus equipo. Pasaban los minutos y el partido ganó en emotividad. Cerca del ocaso, las paraguayas se serenaron y con ello consiguieron aventajar a su contrincante por dos tantos. Todo lo contrario pasó con la Selección Menores de Argentina que cayó en el nerviosismo al ver como se le escapaba el encuentro. La alegría inundó el alma de la gente de Paraguay cuando sonó la chicharra que marcó el 17-16 final. Una victoria que quedará en la historia.
Entrenador de Paraguay: «Para nosotros es una alegría enorme ganarle a un equipo como Argentina que tiene un poderío muy grande. Se nos complicó un poco al final por el desgaste físico. Fue un partido muy físico», reflexionó un eufórico César Servín que se fue a festejar con su gente el flamante triunfo.
Por Emiliano Ammendolea