En el encuentro que dio inicio al Campeonato Sudamericano Femenino de Menores, la Selección de Paraguay venció a su par de Uruguay por 22 a 17 en el Polideportivo del Complejo Turístico de Embalse Río Tercero, ante la mirada de un público tan familiar como enardecido.
Ya no hay vuelta atrás. En los ojos de las jugadoras se dilucidaba la ansiedad por empezar a transpirar sus camisetas y representar con eterno orgullo a su respectivo país. El silbato sonó y de ahí en más debía trasladarse todo lo ensayado al campo de juego. El trámite comenzó realmente muy parejo y entretenido, acorde a la expectativa que se respiraba en el imponente estadio. Con un ferviente público envuelto en banderas y disfrazado con pelucas e inflables, los planteles se fueron al primer time-out con un parcial de 5 a 4 en favor de las paraguayas. Ese fue, sin dudas, el quiebre del partido.
Las albirrojas, de gran traslado del balón y eficacia a la hora de convertir, se aprovecharon de un conjunto celeste que dejaba muestras de debilidad a la hora del armado de sus jugadas. Plasmando en la cancha todas las jugadas practicadas en la jornada de ayer, el seleccionado paraguayo sacó una luz de 11:4, diferencia que les resultaría imposible de revertir a las charrúas. La chicharra sentenció el final del primer tiempo con un tablero atestiguando un 13:6 para las de Paraguay.
El segundo período se manejó de la misma manera, con las celestes intentando a todo pulmón doblegar a sus rivales. Faltando un cuarto de hora, el domo se volvió ensordecido por los espectadores que con gritos y cornetas arengabas a sus representantes. Eso les permitió a las uruguayas acercarse a un parcial de 14:21, lo que las llevó a un estado de ilusión en el que creyeron que podían llegar a dar vuelta la historia. Sin embargo, las paraguayas recordaron su nivel de juego inicial y estamparon un 22:17 final, que las ubica parcialmente en el primer puesto.
Por Sebastián Ocampo