La Selección femenina de FeMeBal derrotó sin mayores inconvenientes al elenco mendocino por 31-18 y se consagró campeón del Torneo Argentino Junior de Chapadmalal 2012.
Se vio la mejor versión del equipo comandado por Giselle Pintos en la competencia, después de tener actuaciones que no convencieron del todo, las mujeres metropolitanas se despertaron justo en el encuentro decisivo y demostraron porque son las favoritas en cuanto torneo se dispute. Jugaron un partido brillante, prácticamente sin fisuras, solo en los primeros 5 minutos aparecieron algunas dudas que aprovecharon las mendocinas para sacar una ligera ventaja, pero no mucho más. A partir de ese momento tomaron el control del juego y rápidamente encontraron el funcionamiento ideal para doblegar a su contrincante que quedó desdibujado como nunca le había pasado en el campeonato. La calidad de las jugadoras metropolitanas fue demasiado para el conjunto mendocino y se empezó a notar en el marcador a medida que pasaban los minutos. Una de las responsables fue la extremo Xoana Iacoi que tuvo una actuación rutilante en el primer tiempo convirtiendo 10 tantos. Gracias a ella su equipo se fue al descanso 18-8 arriba.
Para el segundo período las chicas metropolitanas contaron con una «ayuda extra», la presencia de unas «jovencitas» que vinieron de la Ciudad de Buenos Aires con redoblantes para hacerle el aguante a sus ídolas. De esta manera, FeMeBal no solo tenía el resultado a su favor sino que también contaba con el aliento desde la tribuna. En este parcial manejó a piacere los tiempos jugando con la desesperación de su oponente que nunca le encontró la vuelta al encuentro . La sólida defensa borró del partido al ancho de espadas que tiene el equipo mendocino, la extremo Daniela Yenaropulos (figura excluyente en las presentaciones anteriores) gracias a la presión constante que le ejercieron para que no reciba cómoda la pelota. El plan de cerrarle todos los circuítos le salió a la perfección ya que la extremo se mostró errática en toda la final. La única amenaza que tuvo la Selección metropolitana fue Rocio Squizziato (concretó 11 tantos) que se las ingenió para lastimar en varias ocasiones. Sin embargo la diferencia a esa altura era abrumadora entre los dos conjuntos. FeMeBal siguió floreándose ante la resignación de las mendocinas que no podían hacer nada para cambiar la historia. Esta tendencia se mantuvo hasta el final.
Una vez consumado el partido, las vencedoras comenzaron su propia fiesta entonando el clásico cantito: «somos campeones otra vez». El primero de varios que seguirían con el correr de los minutos.
Por Emiliano Ammendolea