Aún con el corazón a mil revoluciones tras haber ganado la final contra Mendoza, Rubén Busolín, entrenador de FEMEBAL, expresó la satisfacción que siente por la conquista. Pero, sobre todo, hizo énfasis en resaltar el crecimiento del balonmano en el Interior.
Nadie mejor que el director técnico de la Federación Metropolitana para hacer una radiografía final del Encuentro Argentino de Menores. Todavía agitado por la turbulenta definición desde los 7 metros, y empapado de sudor como cada jugador de su plantel, Rubén no desaprovechó la posibilidad para manifestar el regocijo que le produce ver el continuo aumento del handball en todas las provincias argentinas. «Me pone muy contento que este deporte crezca de esta forma en el Interior del país. Es increíble cómo los chicos dejan todo en cada partido, y es importante que los jugadores de Buenos Aires se metan esa actitud en la cabeza», confesó con aires de admiración.
La final entre la Federación Cordobesa y la Metropolitana puso a más de uno al borde del colapso. Con un suspenso típico de una película cuya resolución se hace desear hasta la última escena, el partido fue disputado por dos equipos de verdaderos jugadores de raza. Y dicho concepto fue acentuado por Busolín, quien aseguró que «tener pibes que jueguen una final así es estupendo. Mendoza tiene jugadores que, sin dudas, están para la Selección Nacional». Asimismo, el sobresaliente rendimiento de sus jugadoras fue objeto de opinión. «Las chicas demostraron el poderío. La verdad es que en la rama femenina se resalta la diferencia entre Buenos Aires y el resto de las provincias», soltó sin vacilaciones ni titubeos.
Otro torneo pasó y, como de costumbre, FEMEBAL alzó las copas. Encandilado por el brillo de los galardones y con el pecho lleno de orgullo, Rubén Busolín, junto con sus compañeros de dirección técnica, sabe que son los mejores pero que no deben relajarse porque al acecho están el resto de las federaciones, con un desarrollo que atemorizó a unos cuantos desprevenidos.
Prensa Oficial CAH