Uno de los partidos más esperados del Encuentro tuvo su lugar en el Club Regatas, sede N°1 del certamen. Entre porteñas y cordobesas se disputó la final del Femenino División Oro, cuyo resultado 25 a 18 en favor de FEMEBAL, consagrándose así nuevamente campeonas.
De arranque, las jugadoras de ambas escuadras avisaban que el trámite iba a ser de alto voltaje. No causa sorpresa que las históricas ganadoras de Buenos Aires y sus pares de Córdoba, también dotadas de gran calidad de juego, presenten un partido colmado de situaciones y actuaciones de alto nivel.
Sin embargo, las defensoras del título cuentan con una carta de la cual el resto carece. Carolina Forte, con la 5 en su espalda y un potencial diferente a cualquiera, llevó a la Federación Metropolitana de Balonmano a marcar el ritmo del partido en los primeros minutos a través de sus espectaculares corridas, que la convirtieron en ama y señora de la franja izquierda del campo de juego.
Pero en frente estaba la Federación Cordobesa. A pesar de que le tocó bailar con la más fea, de a poco fue consiguiendo equilibrar la cancha y empezó a jugarle de igual a igual a las de indumentaria tricolor.
Como el cruce entre Buenos Aires y Córdoba es considerado un clásico, no tardaron en llegar las delegaciones masculinas para alentar a sus compañeras de Federación. Lamentablemente, hay que decir que entre los cánticos alentadores cordobeses se entreveraban insultos y frases injuriosas para con los capitalinos. Para evitar cualquier tipo de disturbio, tuvo que intervenir la Jefa Nacional de Árbitros, Patricia Malik de Tchara, para calmar las aguas y permitir que el cotejo siga su curso normal.
En el partido, la fricción era protagonista. Tal es así que faltando pocos minutos para el receso, el conjunto del Interior llegó a tener tres deportistas fuera de la cancha a causa de exclusiones. Dicha situación fue aprovechada por sus oponentes y la diferencia en el tablero se acentuó. En el descanso cada entrenador intentó transmitir tranquilidad y seguridad a sus dirigidas, de cara a los minutos determinantes del enfrentamiento.
Con vigor y fiereza se jugaron los últimos 20 minutos. La alta temperatura del recinto no logró detener el hambre de gloria de ambos combinados. Siempre fue un poquito más FEMEBAL, pero nunca pudo relajarse del todo porque lo perseguía un voraz Córdoba, al acecho de cualquier error o imprudencia.
Llegando a los minutos finales, las miradas cómplices y confiadas de las metropolitanas daban indicios de lo que estaba por suceder. No quedaba tiempo para más. Las dirigidas por Gustavo Sciglitano se adjudicaban la primera ubicación de este Encuentro Argentino de Chaco. La chicharra sonó y el tablero, con un amarillo furioso, marcó 25 a 18 para las chicas de Buenos Aires.
Otra vez la misma historia, otra vez la copa tenía el mismo dueño. Otra vez FEMEBAL.
Nada grave
La arquera Sofía Ceccorilli sufrió una baja de presión durante los minutos finales, motivo por el cual fue retirada de la cancha N°1 al final del encuentro. En muestra de respeto y unión, tanto los entradores como el resto de las jugadoras no festejaron con contundencia y prefirieron ir a reunirse con Sofía para celebrar como un grupo unido.
La número 3 de Córdoba se eleva y dispara. La pelota no tiene destino de gol.
El equipo campeón, como tantas veces, es el de FEMEBAL.
Córdoba tuvo una digna actuación en la final y un gran torneo. Las chicas terminaron en segunda ubicación.
Por Sebastián Ocampo