El Encuentro Argentino de Handball que se está disputando en Resistencia es anfitrión de numerosas delegaciones correspondientes a las diferentes afiliadas. Entre todas ellas, en la rama femenina Categoría Plata, se encuentra la proveniente de Bahía Blanca, con una historia para contar tan rica como emocionante.
Desde Algarrobo, un pueblo de tan sólo 2000 habitantes ubicado en la zona más austral de la provincia de Buenos Aires, llegaron, luego de 19 horas de viaje, once pequeñas a representar a la Asociación Bahiense. Cabe destacar que en una primera instancia iba a ser el Colegio Don Bosco quien tomara esa responsabilidad, pero finalmente por razones extradeportivas la afiliada las eligió a ellas.
Las jugadoras pertenecen a un equipo de handball de su pueblo llamado “Makikas”, con el cual participan en un torneo interregional bonaerense. De hecho, debieron postergar una fecha de dicho certamen para poder viajar hacia la capital chaqueña. “Nos avisaron que íbamos a venir el viernes recién, y las chicas no lo dudaron ni un segundo”, cuenta entre risas una de las dos madres acompañantes del equipo.
Todas las integrantes del plantel se conocen más que bien, ya que no sólo juegan al handball juntas sino que también practican y compiten en hockey, básquet, vóleibol y fútbol. Sin embargo, el balonmano es el deporte al que le dan más importancia, aunque no tengan todas las comodidades para llevarlo a cabo en óptima forma. “En Algarrobo no tenemos canchas de handball. Usamos una cancha de fútbol 5 para practicar el deporte”, expresa Néstor Cisneros, director técnico del equipo.
Éste es el primer viaje tan largo que realizan las chicas en grupo (hay 1600 kilómetros entre Algarrobo y Resistencia), motivo por el cual su entusiasmo se nota tanto dentro como fuera de la cancha. La única hinchada que las alienta son las dos madres que viajaron junto con las jóvenes, quienes mate por medio van avisando los resultados mediante mensajes de texto y llamadas telefónicas al resto de los padres que no pudieron ser parte de esta experiencia. “El pueblo está revolucionado. Nos llaman todo el tiempo para saber cómo van las chicas… Allá no estamos acostumbrados a estas cosas, por lo que causamos un revuelo nunca antes visto”, sostiene con emoción una de ellas.
Siendo oriundas de un pueblo tan pequeño, alejado y tranquilo como pocos, su presencia en eventos como este Encuentro Argentino es inédita. Si bien se nota que no tienen pleno conocimiento técnico-táctico, dejan el alma y el corazón en cada corrida, en cada tiro, en cada atajada. Y el resultado hasta ahora es más que respetable. Con una derrota por muy pocos goles, y una victoria arrolladora sobre su par chaqueña (locales), la delegación bahiense se ilusiona con poder terminar en una buena posición, y dejar una huella de su localidad en el mundo del handball argentino.
“Chicas, me están llamado por teléfono para que salgan todas por una radio de Algarrobo”, anuncia entusiasta una de las madres. Ese fue el final de la entrevista, y el comienzo de una historia más que inolvidable.
Por Sebastián Ocampo