De entre la gran cantidad de parejas arbitrales en este Encuentro de Menores en Chaco, surge una dupla mixta local. Cuentan cómo viven el hecho de ser los únicos con esa condición, que tiene una particular historia con ricos antecedentes en el arbitraje argentino con representación internacional. Patricia Malik de Tchara y Luis Alonso brindan detalles de su aterrizaje y posterior trayectoria en la cúpula del referato mundial.
Gisela Centurión y Emmanuel Suárez fueron los jueces del encuentro que disputaron esta mañana en la cancha del CEF N°1, la Federación Jujeña y ASAMBAL. Aunque ya habían trabajado de manera mixta en competencias menores, jamás lo habían hecho en un torneo de estas características. “Él entiende más de lo que son los roces fuertes por haber jugado con hombres, mientras que yo tengo más claro cómo se produce el contacto entre las mujeres, porque jugué con ellas”, explica Gisela al término del partido, que ganó ASAMABAL por 21 a 9. “Quizás una jugada que para el handball femenino es falta, entre los hombres no lo es”, completa la mujer árbitro mientras su compañero, que está al lado y escucha atento, asiente con la cabeza. “Creo que tenemos una ventaja, pero en el juego hay que tratar de equiparar una posible diferencia de criterios entre el hombre y la mujer”, agrega él.
“A nosotros nos costó muchísimo”
Malik de Tchara – Alonso fue una dupla mixta argentina que arbitró internacionalmente entre el año 1997 y 2003. Fue la única pareja de árbitros combinada del continente que logró trascendencia universal, y una de las dos en el mundo. El otro par es español, integrado por Cristina Fernández y Pablo Permuy. “Me acuerdo mucho de un Mundial Junior Femenino que dirigimos en Costa de Marfil, ese fue el primero”, dice Patricia Malik a la vez que reconoce que “no es conveniente que existan duplas mixtas porque la Federación Internacional de Handball busca que no las haya”. Luis Alonso, que además de haber sido su compañero a lo largo de muchos años de gloria es hoy integrante de la Comisión Nacional de Árbitros que ella dirige, atestiguó con su propia humanidad lo que expresa Patricia: “Al principio no nos daban mucha cabida, a nosotros nos costó muchísimo llegar. Había cierto prejuicio de los dirigentes que no querían duplas mixtas”.
“Fue muy duro, primero por ser hombre y mujer y segundo porque estábamos lejos de Buenos Aires, yo soy de Río Gallegos y tenía que viajar para dirigir FEMEBAL para tener práctica antes de las competencias internacionales”, asegura Alonso mientras mira hacia arriba, como recordando momentos puntuales en su vida. “Después de todo y de mucho esfuerzo, nos vieron en los torneos y les gustó”, rememora con tranquilidad y después narra el comienzo de una historia que tuvo grandes momentos: “No teníamos con quién arbitrar y por eso nos pusieron juntos. Yo no tenía ningún prejuicio de dirigir con una mujer. Nos inscribimos en octubre de 1987. En 1993 dirigimos el primer torneo juntos, fue en un Torneo Sudamericano. Pero diez años después de la inscripción llegó el primer Mundial de los cinco que dirigimos. Fue en Costa de Marfil, en julio del ’97, en un Junior Femenino (NdeR: Los otros cuatro fueron Buenos Aires, Noruega, Alemania e Italia, el último)”.
“Ese Mundial en África fue como la cúspide de nuestra carrera. Fue increíble y nos fue tan bien (estuvieron en tercer lugar entre las 16 parejas, según las calificaciones), que nos invitaron para arbitrar en ese mismo año, en diciembre, en el Mundial Femenino Adulto de Alemania. También tuvimos tres Juegos Panamericanos. Uno fue en Mar del Plata, otro en Canadá y el último en Santo Domingo”, concluye un pensativo Alonso, que recorrió en pocos minutos muchas instancias de inmensa alegría profesional.
Antes de la pareja argentina y la europea, que incluso compartieron arbitralmente algunas competiciones, hubo una dupla femenina de China, que se anotó en 1987 pero que duró muy poco tiempo. Ese fue el único antecedente previo de mujeres dirigiendo handball antes de Patricia Malik de Tchara. Es tan difícil la carrera para una mujer y un hombre vestidos de negro en el mundo del balonmano, que al día de la fecha no hay otra dupla combinada. Por eso es que ésta referee, que al momento constituye un caso inédito en el mundo por sus logros, no recomienda que haya parejas mixtas. Pero así y todo, Gisela Centurión y Emmanuel Suárez, de Chaco, se animan a desafiar a la historia. Con toda su juventud, el desarrollo de sus conocimientos y el aporte de su entusiasmo, hoy son la única pareja mixta en el Encuentro de Menores de Resistencia.
Por Santiago Menichelli
Foto cabecera: Gisela Centurión y Emmanuel Suárez
Foto abajo: Luis Alonso y Patricia Malik de Tchara