Jordi Ribera considera que la Selección Argentina de handball cuenta con un plantel de “mucha calidad”. Analiza a Brasil, equipo al que hoy dirige, y a los equipos más importantes del certamen.
Brasil 30 y Argentina 22. Esos eran los fríos números que arrojaba un marcador allá por el año 2007, pasado el mediodía de un día 22 de julio. Los brasileros se quedaron en aquel momento con el oro en los Juegos Panamericanos, que tenían lugar en Río de Janeiro. Su entrenador era Ribera, quien había sido técnico del combinado argentino en 2005.
La demostración de sus cualidades, incluida la gran performance brasilera en la competición de la que se habían hecho cargo, llevó al adiestrador a tener una importante chance en el Ademar de León de la liga más importante de España. Aprovechó al máximo esa oportunidad, siendo incluso campeón de la XIX Copa ASOBAL ante el mismísimo FC Barcelona. Tras cuatro temporadas en el equipo español, el entrenador volvió este año para dirigir al primer equipo de Brasil. La idea era armar un equipo renovado, con ciertos aires de juventud, para llegar de la mejor manera al año 2016, cuando Río de Janeiro vuelva a alojar encuentros resonantes de handball, aunque esta vez será nada menos que en los Juegos Olímpicos. Esa es la meta con la que Jordi Ribera volvió a estar al frente del elenco carioca.
Tanto su debut en este nuevo ciclo como el de Brasil en tanto equipo en formación se produjeron en el Torneo Panamericano del Polideportivo Almirante Brown. “Somos un equipo nuevo. Hemos podido entrenar muy poco. Estamos en progreso y nos hubiese gustado un poco más de competición y de preparación para venir, pero me parece que lo podemos hacer bien”, declara Jordi.
También tiene una opinión formada sobre Chile, seleccionado que probablemente constituya la tercera fuerza del continente en este deporte: “Pienso que Chile ha crecido mucho y, de hecho, no son sólo resultados puntuales como el empate ante Argentina. Han jugado bien y han tenido mucha experiencia internacional. Tienen un grupo en donde hace mucho que están jugando juntos y que tienen grandes condiciones. Que haya este nivel es bueno para que crezca nuestra competición.”
El técnico conoce al equipo anfitrión en profundidad, y más aún a su pivot Gonzalo Carou, por haberlo tenido bajo sus órdenes en el Adelmar. Sobre los dueños de casa, exclama: “Argentina está disfrutando de una generación de jugadores con mucha calidad. Todos ellos son jugadores capaces de complicarte la vida en cualquier momento”.
Por Santiago Menichelli
Foto: Candela Moscoso Feuillade