Los groenlandeses dieron la nota al imponerse por 36 a 27 frente a sus pares de Estados Unidos y terminaron con el «sueño americano» de clasificar a semifinales.
Desde el comienzo mismo, Groenlandia se plantó frente a sus rivales con vehemencia. Se notaba que tenían armas para dar el golpe y quedarse con el triunfo cuando se aventajaron por 5-1. Sin embargo, la aparición goleadora de Gary Hines sembró serias dudas en los dirigidos por Kurt Lauritsen. Hines marcó algunos tantos que permitieron la remontada de su equipo, que incluso logró invertir el liderazgo en el tablero. La historia señala que el desarrollo fue parejo, principalmente en la primera mitad, cuando Michael Luckas, portero groenlandés, se hizo dueño de una actuación desorbitante.
La igualdad en 21 hacía ilusionar a los ya pocos espectadores que quedaban con un final inolvidable. Pero Minit Dahl Hoegh y Miki Heilmann tuvieron un juego sublime, que terminó por dictaminar la derrota estadounidense. Groenlandia le quebró el codo a sus contrincantes y estiró la distancia con rapidez, lo que le permitió llegar al final sin pasar sobresaltos, generando la sorpresa de todo aquel que piensa que hay partidos se pueden ganar antes de haberse jugado. Fue 34 a 25 y el fin del «sueño americano». Es que Estados Unidos se había impuesto frente a Venezuela, y de ganar esta noche y mañana ante Chile, dejaba a los trasandinos fuera de competencia, pero la pobre performance de los de Cristian Latulipe culminó aniquilando toda esperanza.
Por Santiago Menichelli