La Selección Adulta Masculina decidió que haber realizado su mejor actuación histórica en un Mundial, con victorias ante Eslovaquia y -el local- Suecia, no era suficiente.
No les pareció mucho que todos los medios (deportivos o no) empezaran a hablar de handball y que el apodo de Gladiadores comenzara a afianzarse en el decir popular.
Ellos tenían algo más, como prometieron, la frutilla del postre. Quizá el resultado final no sea la frutilla que imaginaron, pero sí que se acercaron.
Argentina y Alemania chocaron en Kristianstad para definir los puestos undécimo y duodécimo. Uno llegaba en lo que representa su mejor Mundial y el otro, en su peor torneo en la historia. Y los dos nos regalaron un partidazo.
El primer tiempo tuvo a un incontenible Holger Glandorf desde el lateral izquierdo, que machacaba el arco argentino. Un arco que además sufría porque se perdía la marca del pivote y Alemania supo ponerse 5 goles arriba.
Pero otra vez aparecieron los nombres que sorprendieron a todos en este torneo. Matías Schulz empezó a sumar atajadas y Diego Simonet demostró que todo lo que se habló antes no fue casualidad. Poco a poco Argentina recortó diferencias y llegó al descanso uno abajo.
El complemento fue gol a gol. Con duelo de atajadas entre Schuls y el germano Johannes Bitter. En ataque ambos llegaban al gol y eso propició que se arribara al cierre del torneo sin ventajas.
Con el tanteador a favor de Alemania por un tanto, Argentina tuvo la última pelota y volvió a apostar al arquero-jugador. Y funcionó. Federico Vieyra mandó la pelota al fondo de la red y ambos equipos fueron al tiempo suplementario.
Rápido, los dirigidos por Eduardo Gallardo sacaron dos de ventaja y parecía que se vaticinaba una victoria. Sobre todo cuando los europeos quedaron con uno menos (el partido fue muy áspero y tres jugadores vieron la tarjeta roja por acumulación de exclusiones).
Pero los errores por juventud y falta de experiencia volvieron a hacerse presentes y sobre el final del segundo tiempo otra vez Alemania estaba adelante.
Una vez más Argentina se la jugó y, de nuevo, se empató el partido para ir a otro tiempo suplementario.
Allí hubo una mezcla de errores propios y ajenos, pero no del rival sino de los árbitros. Árbitros que ya habían anulado un intento de fly FE-NO-ME-NAL de Juan Pablo Fernández para Diego Simonet con dos hombres menos.
Una falta en ataque en un rebote de Bitter en contra de Federico Fernàndez (todavía nosotros no la vemos en las repeticiones) y un gol de Diego Simonet mal anulado en otro rebote del arquero germano hicieron que el partido se fuera de las manos.
Fue derrota, la cuarta en forma consecutiva, pero nadie se va a olvidar que Alemania, campeón del Mundo hace cuatro años, estuvo contra las cuerdas contra un grupo de pibes argentinos que empiezan a pisar fuerte.
En unos días será tiempo de balances y análisis, pero hoy hay que disfrutar. Es algo que algunos no pueden comprender por el exitismo histórico de nuestro pueblo, pero el crecimiento de este seleccionado, con la juventud que tiene, es promesa de mucho y muy buen futuro.
Con la mirada puesta en Guadalajara 2011, ponemos tener certeza de que este equipo que en enero de 2011 hizo historia, tiene muchas hojas en blanco y mucha tinta disponible para seguir escribiendo páginas. Una mejor que la otra.