Final del partido. El equipo de Croacia se junta, hace una ronda y saltan y cantan en un desenfrenado festejo. Ganaron el Mundial de Suecia 2011.
Ah, ¿no? Al parecer, tamaña celebración está relacionada con una importantísima victoria ante un duro rival, que le trajo dolores de cabeza a más de una potencia. Enfrente estaba Argentina.
De arranque, el equipo comandado por el enorme Ivano Balic dejó en claro que no iba a repetir la derrota ante los albicelestes en Portugal 2003.
Defensa cerrada y bien compacta, blocajes defensivos y cortes de pases a pivote. Todas esas pérdidas argentinas se cambiaban por goles de contraataque croatas.
Rápidamente, el equipo balcánico se puso 4:0 arriba, aumentó a 7:1, a 11:2 y a 15:3 para, apenas pasados los 20 minutos de juego, liquidar el partido.
En el complemento, los dirigidos por Eduardo Gallardo parecieron olvidarse del marcador y jugaron gol a gol durante 20 minutos. Algo necesario para borrar lo ocurrido en la etapa inicial.
En los 10 minutos finales, los suplentes de Croacia aprovecharon su oportunidad y metieron un parcial de 7:0 para arribar al 36:18 final.
Queda claro que a Argentina no le salió nada bien. Ni su arquero, Matías Schulz, pudo mostrar su nivel habitual; ni el juego vertiginoso en ataque tuvo frutos.
Del otro lado, todo fue acierto, con un enorme 72% de eficacia en lanzamientos y una altísima cantidad de blocajes y robos.
Pero este torneo invita a pasar de página rápido y Argentina enfrentará el domingo a la potente Dinamarca (16hs por TyC Sports).
Si hay algo que queda en claro, bien en claro, es que nuestro Seleccionado no solo se ganó un lugar entre los 12 mejores del Mundo, sino que se ganó el respeto de todos.
Lo que también ganó Argentina es el reconocimiento de todos por un torneo fenomenal, en el que pateó el tablero y nadie puede presagiar que eso no vuelva a ocurrir.