Que la victoria ante Suecia es histórica, ya todos lo sabemos. Que lo que están haciendo estos jugadores en tierras escandinavas es inédito, tampoco. Pero, ya más fríos, hay que empezar a dimensionar lo que representa esta victoria.
Porque cuando se le ganó a Croacia en 2003, los croatas no partían en el torneo como candidatos al título y tenían a sus estrellas recién comenzando a ser reconocidos. Encima, fue el primer partido del torneo, el que siempre da margen para alguna sorpresa.
Pero lo de Argentina ante Suecia es rutilante. Porque le ganó al local, en el cuarto partido del grupo y con un equipo que venía afianzándose en la búsqueda de su objetivo de llegar a semifinales.
Aún así, hay otro aliciente. Porque en 2003, a Croacia se le ganó en la última bola; pero ante Suecia, Argentina controló a una potencia durante los 60 minutos.
Hubo similitudes y diferencias respecto de los partidos anteriores.
La defensa sigue en un buen nivel, aunque ante los suecos fue casi perfecta (lo de Gonzalo Carou es enorme, también en ataque). Además, Argentina puede disfrutar de un arquero en un nivel inconmensurable: Matías Schulz, figura del partido y del Mundial para nuestro Seleccionado.
Pero afortunadamente hubo diferencias. Porque la primera línea titular; Agustín Vidal, Sebastián Simonet y Damián Migueles; pudo jugar un gran partido y ganar en confianza. Ferico Pizarro jugó por una molestia física de Andrés Kogovsek y fue el goleador del partido. Y encima pudimos disfrutar de la habitual rotación con los ingresos de Diego Simonet, Juan Pablo Fernández y Maximiliano Ferro, que aprobó el examen ante un errático Federico Fernández.
Contrariamente a lo que pasó en los últimos partidos, en los que Argentina arrancó mal y perdiendo 4:0, los albicelestes arrancaron con todo y se pusieron rápidamente 4:1 arriba, con la esperada aparición goleadora de Vidal.
Poco a poco Schulz sumaba atajadas, aunque los locales ajustaron algunas fallas y pasaron al frente 9:8.
Pero otra vez apareció Argentina. Ahora con Diego Simonet y Juan Pablo Fernández como estandartes para llegar al descanso 12:10 arriba con 11 atajadas del arquero nacional.
La historia mandaba que cambie algo tristemente habitual para nosotros, jugar un buen segundo tiempo y no dejarse atropellar.
Pero no sólo se hizo eso, sino que Argentina salió a liquidarlo y lo hizo. Parcial de 4:1 y cuatro de luz para ponerse 16:11 arriba.
Lo más destacable es que los dirigidos por Eduardo Gallardo manejaron el resto del partido como una potencia. Bancando el gol a gol con tranquilidad y criterio en ataque y mucha firmeza en defensa, apoyados en el intratable Schulz.
Faltando cinco minutos Suecia se puso a dos (21:23 y a Niclas Ekberg se le escapó una contra increíble), pero Argentina lo cerró con clase. Otro parcial de 4:1 y a festejar.
Inmediatamente terminado el encuentro, la repercusión fue monumental. Todos los medios se hicieron eco de la victoria más importante de la historia del handball argentino. Las casillas de mail explotaron, las redes sociales colapsaron en festejos y las radios se desesperaban por conseguir algún teléfono del plantel argentino en Suecia.
Ahora será tiempo de ratificar todo lo gigantesco que se hizo. El jueves el rival será Chile (a las 14hs por TyC Sports), y Argentina deberá confirmar su pase a segunda ronda.
Una Segunda Ronda que lo tendrá, si todo sale bien, con 2 puntos y +4 de diferencia de gol. Allí, habrá que pensar en rivales como Croacia, Dinamarca y Serbia.
Increíble ahora estar soñando con más, pero ¿quién nos va a criticar por eso?