Argentina afrontaba un partido trascendental para sus ilusiones de avanzar a la segunda fase de un Mundial por segunda vez en su historia. Y para ello, había que, nada menos, ganarle a un europeo por segunda vez en la historia.
Lo que sobraba era confianza, pero donde más importa, en el propio plantel. Uno a uno, los jugadores daban muestra de la fe que se tenían desde tierras suecas.
Enfrente, Eslovaquia. Un duro rival que venía de perder con Polonia y Suecia y que hace dos años (exactos) le había ganado a los albicelestes en Croacia 2009.
El inicio del partido trajo dolores de cabeza con una pintura muy similar a la que vimos ante Polonia, 0:4 abajo y a trabajar. El ataque no funcionaba y los eslovacos llegaban muy fácil al gol.
Pero tan parecido fue al choque con los polacos, que la solución fue idéntica. Eduardo Gallardo mandó a la cancha a Diego Simonet y Juan Pablo Fernández para darle más velocidad a la primera línea.
Los lanzamientos albicelestes eran atajados una y otra vez por un Richard Stochl al que había que cambiarle la forma de definir para empezar a vulnerarlo. Eso hicieron y funcionó.
Parcial de 6:1 para Argentina con 5 tantos del imparable Federico Fernández y tanteador 7:6 a favor. Pero una vez más los errores se pagaron. Dos exclusiones, pérdidas de pelota y show de los hermanos Stranovsky para llegar al descanso 9:7 abajo.
En la segunda etapa la premisa fue clara, volver locos a los grandotes defensores eslovacos con la velocidad de los chiquitos argentinos. La primera línea nacional se vistió por un rato del Torrevieja español con Diego y Sebastián Simonet y Federico Vieyra. Otro parcial de 6:1 y a otra cosa.
Fue tiempo para que Argentina hiciera algo que no es muy habitual en su historia, manejar un partido ante un gran rival. Y lo hizo a la perfección.
Bien en la defensa, apoyado con la ya incomensurable tarea de Matías Schulz en el arco (hasta acá, el mejor jugador del equipo en el torneo), y certero en ataque y en las contras, Argentina lo supo mantener a distancia para lograr la victoria.
Estamos ante una generación que sale a la cancha sabiendo que puede ganar ante cualquiera. Eso es algo que muchos de nosotros todavía no podemos pensar, pero que poco a poco vamos entendiendo que se puede.
Fue la segunda victoria ante un europeo en un Mundial (antes, a Croacia en 2003) y la tercera en la historia (también se le ganó a Montenegro en el Memorial Bárcenas de España). Ya se vuelve a ver lo de 2003, el handball en los medios, en la tapa de los diarios y gente de fuera del ambiente que habla de nuestro deporte.
Ahora se viene Suecia (martes a las 16hs, por TyC Sports) y, aunque todos pensamos que se buscará cuidar al equipo, estos pibes y este Cuerpo Técnico piensan en otra cosa. Como cuando en el Mundial Junior 2009 se forzó el tiempo suplementario ante los suecos para finalmente perder por el quinto puesto. Pero a dar la pelea.